24 de enero de 2014
Viernes de la Segunda Semana Durante el Año
Lecturas:
I Samuel 24,
3-21 / Salmo 56, 2-4. 6. 11 ¡Ten
piedad de mí, Dios mío, ten piedad!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
3, 13-19
Jesús subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron
hacia él, y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos
a predicar con el poder de expulsar a los demonios.
Así
instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago,
hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de
Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo,
Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el
mismo que lo entregó.
Palabra del Señor.
MEDITACION
En
su trayectoria como misionero de la misericordia y el consuelo cariñoso de
Dios, Jesús llega a intuir que una obra de esa magnitud (convencer a la
humanidad de que Él es un Padre que ama a cada ser) no puede depender de una
sola persona.
Por
eso, decide formar una comunidad, la que una vez convenientemente preparada,
pueda ir multiplicando y diseminando el mensaje del Reino del amor.

Hoy
sigue siendo necesario que los cristianos o quienes se identifiquen con el
proyecto de una mejor sociedad, se unan, piensen, sueñen y vayan haciendo lo
que descubran como necesario para poder «expulsar
a los demonios» que impiden que cada persona viva dignamente.
Que
recordemos que, juntos entre nosotros y todos contigo, Señor, tenemos poder
para cambiar el mundo. Así sea.
Reconociendo la
justicia del Reino, como enseñanza del Dios de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.
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