22 de Julio de 2015
Miércoles de la Décimo Sexta Semana Durante el Año
Lecturas:
Éxodo 16, 1-5. 9-15
/ Salmo 77, 18-19. 23-28 El Señor les dio como alimento un trigo
celestial
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 1-9
Jesús salió de la casa y se
sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que
debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en
la costa. Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas.
Les decía: «El sembrador salió
a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los
pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha
tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando
salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre
espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y
dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta.
¡El que tenga oídos, que
oiga!»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Parece que
no todos tienen oídos para lo que fueron hechos, ¿verdad?
¿Cuántas
veces hemos escuchado estas y numerosas otras palabras y nos quedamos
impertérritos?
Gracias a
Dios –nunca mejor dicho- ha habido y hay oídos que han hecho producir en sus
vidas y, lo que es más importante: en la vida de muchos otros, frutos de
alegría, de esperanza, de justicia, de paz.
O no
estaríamos hoy intentando rescatar en estas ancianas palabras algo para nuestro
presente.
Que sigamos
los numerosos ejemplos de personas buenas que parecen haber tenido el oído más
atento que nosotros a las palabras de nuestro Maestro. Así sea.
Intentando, con Paz,
Amor y Alegría, de llenar nuestra vida de actitudes misericordiosas hacia los
demás, siguiendo el ejemplo del Señor,
Miguel
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