20 de Julio de 2015
Lunes de la Décimo Sexta Semana Durante el Año
Lecturas:
Éxodo 14, 5-18
/ Salmo Ex 15, 1-6 ¡El Señor se ha cubierto de gloria!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 12, 38-42
Algunos escribas y fariseos le
dijeron a Jesús: «Maestro, queremos que nos hagas ver un signo.»
Él les respondió: «Esta
generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el
del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el
vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres
días y tres noches.
El día del Juicio, los hombres
de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se
convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que
Jonás.
El día del Juicio, la Reina
del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de
los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay
alguien que es más que Salomón.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Jonás era
un profeta quejumbroso y huidizo; Dios debía ir a buscarlo a los lugares que
iba a esconderse.
Así y todo,
su testimonio, según cuenta la Biblia y recuerda hoy el Maestro, hizo que una
ciudad se convirtiera.
Es como un
símbolo nuestro: nos rehusamos a ser profetas, pese a que recibimos mensajes
permanentemente.
Un gran
problema puede ser la percepción que es una tarea muy grande para lo pequeños
que somos.
Sin
embargo, desde Jesús, esta no es una tarea para solitarios. Recordemos el
evangelio de los dos domingos precedentes: los envía a los Doce; posteriormente
enviará a 72 y, así, hasta llegar a nosotros. Todos somos enviados.
¿Es
demasiado para nuestras capacidades? Claro que sí, por eso únete a otros que
tienen la misma responsabilidad y los mismos temores y, como dice el aforismo:
“la unión hace la fuerza”. Pero recuerda que esta unión es potenciada hasta lo
ilimitado por el mismo Señor, quien anunció que «donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre,
yo estoy presente en medio de ellos» (Mt
18,20) y también que «yo estaré siempre
con ustedes hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).
Que podamos
crecer en confianza por tu Palabra, Señor, para que podamos ser parte de los
signos de Paz, Amor y Alegría que el mundo necesita. Así sea.
Intentando, con Paz,
Amor y Alegría, de llenar nuestra vida de actitudes misericordiosas hacia los
demás, siguiendo el ejemplo del Señor,
Miguel
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