Somos considerados parte de su familia, por lo que podemos esperar confiadamente en el Señor

29 de enero de 2013

Martes de la Tercera Semana Durante el Año

Lecturas:

Hebreos 10, 1-10 / Salmo 39, 2. 4. 7-11 ¡Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!.

EVANGELIO

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos    3, 31-35

    Llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose afuera, lo mandaron llamar. La multitud estaba sentada alrededor de Jesús, y le dijeron: «Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera.»

    Él les respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de él, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.»

Palabra del Señor.

MEDITACION

Chile, decimos los chilenos, es un país de “pitutos”, donde “es mejor tener amigos que plata”. Amigos bien ubicados, se entiende. La idea es conseguir favores o saltarse trámites para lograr lo que necesitamos.

Los creyentes tenemos un “pituto” inmejorable. Porque haciendo su voluntad, que no tiene que ver con «sacrificio ni oblación» (1L), es decir, con ritos y devociones encerrados en nuestro hogar o en los templos, sino con vivir en fraternidad y concordia entre nosotros, somos considerados como parte de su familia, por lo que podemos esperar «confiadamente en el Señor [porque] él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor» (Sal), como Padre bueno que es.

Dirige tu mirada sobre nosotros, Señor, y sé tan compasivo con nuestros torpes y, a veces, vacilantes pasos hacia la voluntad de Dios, para que nos consideres tu hermano, tu hermana y tu madre. Por tu misericordia, así sea.

Enviados a anunciar la Buena Noticia de Paz, Amor y Alegría de Dios,

Miguel.