28 de enero de 2013
Lunes de la Tercera Semana
Durante el Año
Lecturas:
Hebreos 9, 15.
24-28 / Salmo 97, 1-6 Canten al
Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 3, 22-30
Los escribas que habían venido de Jerusalén
decían: «Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe
de los Demonios».
Jesús los llamó y por medio de comparaciones
les explicó: «¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas
internas no puede subsistir, y una familia dividida tampoco puede subsistir.
Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede
subsistir, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar en la casa de
un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá
saquear la casa.
Les aseguro que todo será perdonado a los
hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que
blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de
pecado para siempre».
Jesús dijo esto porque ellos decían: «Está
poseído por un espíritu impuro».
Palabra del Señor.
MEDITACION
En la «Nueva Alianza entre Dios y los hombres» (1L) inaugurada por Jesús no cabe la imagen distorsionada de un Dios
cascarrabias y arbitrariamente castigador con la que creció el pueblo judío
antes de su llegada y que, por motivos que no son del caso explicar, también
muchos cristianos actuales.
Porque la Buena Noticia de hoy es que «todo será perdonado a los hombres».
¿Todo?. Sí. Es la “Palabra del Señor”,
según repetimos: todo, salvo una excepción en la que hoy no entraremos para no
desviar el hilo de esta meditación, que quiere recordarnos la tremenda
misericordia del Padre, quien «amó tanto al mundo, que […] no envió a su Hijo
para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él» (Jn 3,16-17), más aún, «la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por
nosotros cuando todavía éramos pecadores» (Rom 5,8).
Ayer Jesús anunciaba que su misión sería
«dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor» (Lc 4,18-19). Entonces, libérate de una vez de la opresión de sentir que tu pecado no
te permite estar cerca de la gracia de Dios. Y vive con libertad y alegría la
condición que gratuitamente has recibido de ser hijo o hija de Dios.
Señor Jesús, tú eres el Camino liberador,
que nos ha enseñado la Verdad del Padre, para que tengamos Vida en abundancia. Por
eso y mucho más, gracias, Señor.
Enviados a
anunciar la Buena Noticia de Paz, Amor y Alegría de Dios,
Miguel.
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