26 de enero de 2013
Sábado de la Segunda Semana
Durante el Año
Lecturas:
Hebreos 9, 1-3.
6-7. 11-14 / Salmo 46, 2-3. 6-9 Aclamen a Dios con gritos de alegría
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 3, 20-21. 31-35
Jesús regresó a la casa, y de nuevo se juntó
tanta gente que ni siquiera podían comer.
Cuando sus parientes se enteraron, salieron
para llevárselo, porque decían: «Es un exaltado». Entonces llegaron su madre y
sus hermanos y, quedándose afuera, lo mandaron llamar.
La multitud estaba sentada alrededor de
Jesús, y le dijeron: «Tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera». El les
respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?».
Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban
sentados alrededor de él, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el
que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».
Palabra del Señor.
MEDITACION

Porque «Dios es el Rey de toda la tierra» (Sal), serle fiel a Él es
más importante que las relaciones sociales, si es que estas últimas pretenden
frenar el impulso misionero.
Por eso, Jesús traza la línea: «el que hace la voluntad de Dios, ese es mi
hermano, mi hermana y mi madre». No importa si llevamos la misma sangre, lo
importante es si llevamos la misma fe…
Tú nos hiciste tus hermanos, Señor
Jesús, pero quieres que esto sea patente para los demás, haciendo la voluntad
de Dios. Danos lo que nos falta para ser fieles a tu querer. Así sea.
Llenando las
vasijas de nuestros hermanos del Vino Nuevo de la Paz, el Amor y, en
consecuencia, la Alegría,
Miguel.
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