25 de enero de 2013
La conversión de san Pablo
apóstol
Lecturas:
Hechos 22,
3-16 / Salmo 116, 1. 2 Vayan
por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 16, 15-18
Jesús se apareció a los Once y les dijo:
«Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena
Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no
crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que
crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán
tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará
ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán».
Palabra del Señor.
MEDITACION
Hoy recordamos tal vez una de las
conversiones más conocidas, símbolo de esa palabra, incluso: la de Saulo de
Tarso, conocido después como Pablo, el gran misionero, por su trabajo tan
intenso y extenso, proclamando la Palabra de Dios con ocasión o sin ella (2 Tim 4,2), de manera que algunos, que tienen ojos para ver y no ven, lo llaman “el
inventor del cristianismo”, obviando que había dicho «ya no vivo yo, sino que
Cristo vive en mí» (Gal 2,20).
Pero sólo tiene sentido esta
conmemoración si hace que vuelvas a mirar tu propia conversión (o conversiones)
para recordar por qué crees y en quién crees, de manera que te haga renovar tu
fidelidad a ese caminar. Ya que en algún momento de tu infancia o con más madurez,
preguntaste: «¿Quién eres, Señor?» (1L) y su respuesta, a través de personas o acontecimientos, fue cariñosa, «porque es inquebrantable su amor por
nosotros, y su fidelidad permanece para siempre» (Sal). Entonces, junto a miles más recibiste la misión: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación».
Sobre el contenido de lo anterior, te
invito a mirar la meditación correspondiente al Domingo siguiente.
Que, como Pablo, sintamos que «el amor
de Cristo nos apremia» (2 Cor 5,4) para llevar a cabo la misión que el
mismo Señor Jesús nos ha encomendado. Así sea.
Llenando las
vasijas de nuestros hermanos del Vino Nuevo de la Paz, el Amor y, en
consecuencia, la Alegría,
Miguel.
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