jueves, 24 de enero de 2013

El Espíritu Santo también está en nosotros y nos ayuda a vivir como cristianos



PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
27 de enero de 2013
Tercer Domingo Durante el Año

Lecturas:
Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10 / Salmo 18, 8. 9. 10. 15 Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida / I Corintios 12, 12-14. 27

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     1, 1-4; 4, 14-21
    Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como nos fueron transmitidos por aquéllos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra. Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido.
    Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu y su fama se extendió en toda la región. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
    Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
        «El Espíritu del Señor está sobre mí,
        porque me ha consagrado por la unción.
        Él me envió a llevar la Buena Noticia los pobres,
        a anunciar la liberación a los cautivos
        y la vista a los ciegos,
        a dar la libertad a los oprimidos
        y proclamar un año de gracia del Señor».
    Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír».
Palabra del Señor.

MEDITACION
Dios sólo quiere una vida buena y plena para nosotros, por eso señala: «coman bien, beban un buen vino» (1L), pero como «a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo» (2L), sabe que nuestra alegría sólo puede ser completa si los demás no sufren, entonces, agrega: «manden una porción al que no tiene nada preparado» (1L). Por eso se puede afirmar que «La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma» (Sal). Y, siendo consecuente con todo ello es que Jesús, quien «es la Imagen del Dios invisible» (Col 1,15), proclama que su misión es «llevar la Buena Noticia los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor» (Ev)
Hoy se nos cuenta la presentación de Jesús ante su pueblo, episodio que es importante, según dice Lucas: «a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido».
Porque estas palabras que vienen son las que orientarán su caminar, y, si quieres considerarte entre los amigos suyos, deberían ser las que den sentido permanente a tu forma de vivir la fe.
A poner atención, entonces.
El relato dice que Jesús volvió a Nazaret, después de un período de predicación y acción potente, entonces, el día sábado (equivalente a nuestro Domingo) fue a la sinagoga, que es como nuestras iglesias actuales, «como de costumbre», es decir, como hombre de fe que era. Y al momento de la lectura, intencionadamente, escoge este texto: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción...», describiendo a continuación la misión del Mesías en la tierra. Su posterior comentario a esta proclamación fue: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír». En otras palabras: “para eso estoy aquí” o “esta, precisamente, es mi misión”.
Si has puesto algo de atención a lo que se conoce del Señor, comprobarás que con esa entrega servicial fue que vivió. Tanto que, mucho después, Pedro, en una alocución pública, queriendo resumir la labor de su Maestro en vida, lo expresó magistralmente así: «pasó haciendo el bien» (Hch 10,38).
Ahora, para que esta palabra siga teniendo sentido, porque se sigue cumpliendo, hay otros Cristos que han recibido el mismo llamado. Esos son –somos- los cristianos, porque el Espíritu Santo también está en nosotros, para que podamos hacer llegar su Buena Noticia a los pobres.
Pero no se trata de transmitir cualquier información: tiene que ser Noticia, es decir, novedad y tiene que ser Buena, es decir, dar felicidad, ante las situaciones injustas de su vida.
O sea, se nos ha envíado a decir lo que no acostumbran a oír (ni ver), porque no son muchos los que sienten que deben decirlo, ni ponerlo en práctica. A decir, en su nombre, entonces:
Hermano, hermana pobre,
Dios está de tu parte;
Dios no quiere tu pobreza;
Dios quiere que te organices para vencerla;
Dios quiere que sus seguidores hagamos nuestro aporte al respecto…
No se debe entender de otra forma eso de dar vista a los ciegos o libertad a cautivos y oprimidos. Porque Jesús fue mucho menos “espiritualista” que muchos de sus seguidores actuales. Él trabajó por las necesidades concretas de la gente: porque si tenían hambre no se quedaba en palabras y les daba pan… ordenándonos: «denles de comer ustedes mismos» (Mt 14,16).
Ser cristiano es un privilegio: has sido escogido por Dios; pero conlleva una responsabilidad: intentar hacer las cosas a la manera de Cristo.

El Espíritu Santo guía y auxilia en esta misión. Pidámosle que siempre esté sobre nosotros con su inspiración y su fuerza. Él lo hará con gusto. Así sea.

Enviados a anunciar la Buena Noticia de Paz, Amor y Alegría de Dios,
Miguel.

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