PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
Meditación sobre el Evangelio del próximo Domingo
9 de Marzo de 2025
Domingo de la Primera Semana de Cuaresma
Lecturas de la Misa:
Deuteronomio 26, 1-2. 4-10 / Salmo 90, 1-2. 10-15 En el peligro, Señor, estás conmigo / Romanos 10, 5-13
+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 4, 1-13
Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: «Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan». Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan».
Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: «Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá». Pero Jesús le respondió: «Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto».
Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden.
Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra».
Pero Jesús le respondió: «Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios».
Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno.
Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
De parte del Señor, quien inspiró a otras personas de fe para transmitírnoslo, sabemos que, como «está escrito» (Ev) para cada uno de nosotros, «la palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón» (2L), de tal manera que se ha hecho parte de nuestra vida y, por ello, le creemos. Por medio de ella, conocimos su amor: «estaré con él en el peligro» (Sal). Por eso, cada vez que estuvimos en dificultad, con mucha confianza «pedimos auxilio al Señor, y Él escuchó nuestra voz» (1L). Grande es nuestro Dios.
¿Cuáles son?
Lucas relata este episodio de tal manera que pueda ayudar a su comunidad y nos sirve también a nosotros para enfrentar las inevitables e innumerables tentaciones que la vida conlleva.
Sin embargo, constatamos que la cultura popular ha banalizado el concepto hasta reducirlo a un tema sexual. Y muchos de nosotros nos hemos convencido de lo mismo, lo que nos desorienta al respecto.
Partamos por notar que quien tienta es el llamado Diablo, al cual se le llama genéricamente en esta ocasión como «el demonio». La etimología de esa palabra nos ayuda a comprender el origen de estas caídas: este es el que separa/aleja o divide.
En el caso del relato de hoy, por ejemplo, ese personaje maligno intenta hacer caer en contradicción a Jesús. ¿Cómo lo hace? Apelando a su sentimiento y vocación de hijo de Dios, amante de su Palabra, llegando a utilizar esta misma para intentar torcer su camino y separarlo de Él.
Resaltando, además que no serían las únicas, sino que, también a él, las tentaciones le seguirían toda su vida: «el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno».
Por supuesto que cuando traicionamos a nuestra pareja hemos caído en una tentación, porque esta acción nos aleja de nuestro sentimiento de fidelidad y respeto por esa persona; también lo es, en la línea del entendimiento vulgar, cuando permitimos que alguien exacerbe nuestros apetitos sexuales (y los otros...) distanciándonos del respeto que nos debemos a nosotros mismos y a nuestra libertad.
Pero, en lo que nosotros, los que nos atrevemos a llamarnos cristianos, podríamos entender que serían tentaciones serían las que nos inciten a darle la espalda a las enseñanzas de Cristo.
En concreto:
Tengamos presente que lo abominable para quien es nuestro Guía de vida es, ante todo, la hipocresía religiosa (Mt 23) y el descuido de los más débiles de la sociedad (Mc 3,4-6; Mt 25,41-44).
Sumado a eso, recordemos las enseñanzas de nuestro Maestro, acerca de su deseo de que sepamos amar sin condiciones (Lc 10,27-37), y muy especialmente, que este amor se manifieste de manera concreta en servicio a los demás (Mt 20,26).
Entonces, dividir nuestra fidelidad a él con acciones, que habitualmente nos asechan, que contradicen su pedagogía, nos haría caer en esas serias tentaciones.
Resumiendo lo que Lucas parece querer que aprenda su comunidad y lo que nosotros tenemos la oportunidad de rescatar de este texto, podría ser lo siguiente:
1) Como todos sabemos, en la vida sufriremos distintos tipos de tentaciones, las que buscarán separarnos de los caminos de Vida eterna que tenemos inscritos en nuestro corazón, porque cuando Dios nos creó lo hizo bien (Gn 1,31);
2) Si somos seguidores del Maestro de Nazaret, son sus criterios y no los de la cultura popular los que deben guiarnos para determinar qué vías que se nos presentan son para desviarnos de sus enseñanzas y cuáles no (Jn 8,12);
3) En este caso Jesús tentado, como en todos los otros aspectos de nuestra existencia, nos sirve para descubrirlo como un compañero de ruta hacia los brazos amorosos del Padre Bueno (Sal 16,7-9).
Somos débiles, por eso recurrimos a tu fortaleza, Señor, solicitándote que aumentes nuestra fe, nuestra fortaleza y nuestra fidelidad a tus enseñanzas, de tal manera de que no nos venzan las tentaciones, sino que sepamos vencerlas de la manera que aprendemos de ti. Así sea.
Buscando, con mucha Paz, Amor y Alegría, saber discernir cuando estamos frente a una tentación que nos aleje del cariño de Dios, para enfrentarla coherentemente,
Miguel.
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