11 de febrero de 2013
Lunes de la Quinta Semana Durante el Año
Lecturas:
Génesis 1, 1-19
/ Salmo 103, 1-2 5-7. 10.
12. 24. 35 ¡Bendice, alma mía, al Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 53-56
Después de atravesar el lago, llegaron a Genesaret y atracaron allí.
Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús, y
comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos,
hasta el lugar donde sabían que él estaba. En todas partes donde entraba,
pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban
que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y los que lo tocaban
quedaban sanos.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Lo buscan no porque creen en él, sino
porque pueden conseguir algo de su parte. Y, sin embargo, Jesús no se opone a
esto.
Es que a veces nos parece tan importante
que la gente diga creer, que olvidamos a la persona en su necesidad.
El Maestro no se pierde: primero el ser
humano.
La predicación del Reino del amor de
Dios, que se hace concreto en la tierra para que los hombres y mujeres seamos
felices, tarea fundamental del Galileo, venía después de atender sus
necesidades primordiales: «¿De qué sirve si uno de ustedes, al ver a un hermano
o una hermana desnudos o sin el alimento necesario, les dice: "Vayan en
paz, caliéntense y coman", y no les da lo que necesitan para su cuerpo? Lo
mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente
muerta» (Sant 2,15-17).
En cambio, quien en su nombre auxilia a
un necesitado, ayuda más que cientos de prédicas a que éste sienta «¡Señor, Dios mío, qué grande eres!» (Sal).
Señor di también para mi vida «Que exista la luz» (1L), para que ésta aclare mi caminar tras tus indicaciones, y, así después,
si va en la línea de tu voluntad, también puedas ver que esto es bueno. Así
sea.
Buscando dejar
atrás lo que impide seguirlo con Paz, Amor y Alegría en el corazón,
Miguel.
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