7 de febrero de 2013
Jueves de la Cuarta Semana Durante el Año
Lecturas:
Hebreos 12,
18-19. 21-24 / Salmo 47, 2-4. 9-11 ¡El Señor es grande y digno de alabanza!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 7-13
Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre
los espíritus impuros.
Y
les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni
alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos
túnicas.
Les
dijo: «Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de
partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de
allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos.»
Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a
muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Jesús envía a sus discípulos como si
fueran maniatados y con los ojos vendados a caminar por el borde de un precipicio.
Las condiciones que les pone exigen un verdadero acto de fe. Más aún, deben
confiar, pese a que esto ocurre inmediatamente después de que su propio Maestro
experimentara el rechazo de los suyos (cf Jn 1,11), como veíamos ayer.
Es que Él sabe y necesita que ellos
sepan que existe el “hambre de Dios”, la sed de infinito, el ansia de
trascendencia y quiere que se sientan llamados a saciar a la humanidad
necesitada, basados en la fe en lo que hará Dios con sus capacidades y no en
fundamentos meramente humanos.
También en el tiempo actual transmite
esta urgencia a aquellos que «se han
acercado a Dios, que es el Juez del universo, y […] a Jesús, el mediador de la Nueva Alianza» (1L), es decir, a nosotros, que hemos tenido oportunidad de conocerlo, para
que viéndonos actuar movidos por Él, «exhortando
a la conversión» desde el egoísmo, siendo solidarios; expulsando «muchos demonios» de los que impone el
poder, buscando que reine la verdad; y sanando «numerosos enfermos» de soledad, compartiendo con quien sufre. Y,
así, entiendan que «tu derecha está llena
de justicia» (Sal).
Danos el poder de vencer nuestros
propios “espíritus impuros”, esos que nos impiden entregar de nuestro tiempo y
dedicación para aportar al establecimiento pleno del Reino, Señor. Así sea.
Acogiendo a
quienes nos transmiten su mensaje de Paz, Amor y Alegría,
Miguel.
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