El Reino se construye también respetando el compromiso que se adquiere con la pareja

14 de junio de 2013

Viernes de la Décima Semana Durante el Año

Lecturas:

lI Corintios 4, 6-15 / Salmo 115, 10-11. 15-18 ¡Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza!

EVANGELIO

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo    5, 27-32

    Jesús dijo a sus discípulos:

    Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.

    Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.

También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio. Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.

Palabra del Señor.

MEDITACION

Para Jesús, contrariamente a lo que suele ser una característica nuestra, no hay medias tintas: se es o no.

Siguiendo la línea de la meditación de ayer, hoy el nombre del amor al prójimo se llama respeto: el Reino se construye también respetando el compromiso que se adquiere con la pareja.

Destaca poderosamente, además, la búsqueda del Maestro por rescatar la dignidad de la mujer,

denunciando una ley que ponía sobre ellas las culpas en exclusiva de los problemas que afectan la estabilidad matrimonial, distribuyéndolas de manera más equitativa. Porque para que haya adulterio debe haber dos.

En la perspectiva de la vida en abundancia que Jesús quiere para nosotros, y ya que, gracias a Dios, «llevamos un tesoro en recipientes de barro» (1L): el amor, es bueno tener presente que para vivir la maravillosa aventura de la vida en pareja, también se necesitan dos; ambos jugándosela enteros para que la relación sea plena y fructífera. Vale la pena intentarlo.

Señor, que eres el testigo fiel, auxílianos para que podamos ser leales al compromiso adquirido con quien camina a nuestro lado. Así sea.

Invitados a ser instrumentos de la Paz, Amor y Alegría del Dios compasivo y servidor,

Miguel.