13 de febrero de 2013
MIÉRCOLES DE CENIZA
Lecturas:
Joel 2, 12-18
/ Salmo 50, 3-6. 12-14. 17 ¡Ten piedad, Señor, porque hemos pecado!
/ II Corintios 5, 20—6, 2
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 6, 1-6. 16-18
Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante
de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna
recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no
lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y
en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya
tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda
ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu
Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los
hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de
las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu
habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu
Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste,
como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que
ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu
cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres,
sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Por la dureza de nuestro corazón,
necesitamos periodos especiales para realizar lo que es parte fundamental de la
vida del creyente: hacer de la limosna, la oración y el ayuno, entre otras prácticas
que, porque nos sacan del egoísmo, nos ayudan a expandir el espíritu y
encontrar en el prójimo y en Dios la fuente de la vida en abundancia.
Hoy comienza la Cuaresma: «este es el tiempo favorable» (2L) para volver al Señor de todo corazón (1L), pidiéndole que cree
en nosotros un corazón puro y renueve la firmeza de nuestro espíritu (Sal).
Dios quiera que no nos gane el
ritualismo y hagamos de esto un cumpli-miento: cumplo con la norma y, a la vez,
miento en hacerla profundamente parte mía. Que, en cambio, nos haga crecer en
dignificar la vida de los hermanos, buscando hacer que triunfe la justicia, la
libertad y la solidaridad. De lo contrario nuestra sociedad no es humana, y,
por lo tanto, no es cristiana.
Retirados a la habitación silenciosa de
nuestro corazón, te pedimos perdón, Señor, por el pecado de hacernos cómplices con
nuestro silencio del mal que afecta a otros; de pretender engañarte con
prácticas de apariencia piadosa, olvidando el dolor del prójimo; y de no buscar
siempre y en todo tu voluntad. Sánanos, Señor.
Buscando dejar
atrás lo que impide seguirlo con Paz, Amor y Alegría en el corazón,
Miguel.
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