sábado, 4 de mayo de 2013

Él necesita nuestras manos, nuestra mente y nuestro corazón


4 de mayo de 2013
Santos Felipe y Santiago apóstoles

Lecturas:
Corintios 15, 1-8 / Salmo 18, 2-5 Resuena su eco por toda la tierra

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan    14, 6-14
Jesús dijo a Tomás:
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto.»
Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta.»
Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?
Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
En un apretado resumen, Pablo nos ayuda, cuando estamos en el último tramo del periodo pascual, a recordar «la Buena Noticia [ya que] Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. Les he trasmitido [que] Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día» (1L), «Créanlo, al menos, por las obras» (Ev), ya que «El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos» (Sal).
Sólo queda responder a tan preciosos regalos, agradando a Dios: con gestos bellos, tiernos y gratuitos hacia los demás, porque es lo que él quiere hacer por cada uno, pero necesita nuestras manos, nuestra mente y nuestro corazón para hacerlo efectivo.

Señor, tú que eres Camino, Verdad y Vida buena, plena y en abundancia, concédenos destrabar lo que nos estorba para amar generosamente, como tú esperas y como a nosotros mismos nos gustaría. Así sea.

Con el mandato de entregar Paz, Amor y Alegría a cada ser humano,
Miguel.

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