viernes, 7 de junio de 2013

Configurarnos con el amor de Jesús

7 de junio de 2013
EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Lecturas:
Ezequiel 34, 11-16 / Salmo 22, 1-6 El Señor es mi pastor, nada me puede faltar / Romanos 5, 5-11

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas    15, 3-7
Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola:
«Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido."
Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Decía el Papa: “Jesús, buen Pastor, no humilla ni abandona al arrepentido: en Él habla la ternura del Padre, que consuela y anima”, invitando después a sus auditores, a tener presente que “ser Pastores quiere decir también estar dispuesto a caminar en medio y detrás de las ovejas: capaces de escuchar la silenciosa historia de quien sufre y de apoyar el paso de quien teme no ser capaz; atentos a levantar, a tranquilizar y a infundir esperanza. Del compartir con los humildes nuestra fe sale siempre reforzada: dejemos de lado, por tanto, cualquier forma de arrogancia, para inclinarnos ante los que el Señor nos ha confiado a nuestro cuidado” (mensaje a los obispos italianos durante la Profesión de fe en la basílica de San Pedro, 24/05/2013).
Es una gran actualización del mensaje de aquel que se alegra por recuperar a cada una de sus ovejas descarriadas (1L y Ev).
Pero no nos engañemos, ni nos hagamos los desentendidos: Francisco hablaba a obispos; Jesús nos habla a todos.
Él, a cada uno de sus seguidores, nos «guía por el recto sendero», para que, viendo su tremendo corazón actuante, tan grande que, se admira Pablo: «la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores» (2L), con ese amor en la mirada, «por amor de su Nombre» (Sal): cristianos, otros Cristos, otros buenos pastores de quienes estén a nuestro cargo, amemos a la manera de él.

Queremos ser reflejo de tu amor hacia los demás, Señor; queremos, pero tú sabes que nos cuesta mucho, por eso te pedimos que sigas sustentándonos en nuestra debilidad, poniendo lo que carecemos, para irnos configurando con tu corazón. Así sea.

Alimentados del Pan Vivo que da Paz, Amor y Alegría, para que lo compartamos con muchos más,
Miguel.


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