25 de junio de 2013
Martes de la Duodécima Semana Durante el Año
Lecturas:
Génesis 13, 2.
5-18 / Salmo 14, 2-5 ¿Quién
habitará en tu casa, Señor?
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 7, 6. 12-14
Jesús dijo a sus discípulos:
No
den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea
que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.
Todo lo que deseen que los demás hagan por
ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el
camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es
angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que
lo encuentran.
Palabra del Señor.
MEDITACION
En
el lenguaje popular se habla de la “ley del embudo” para describir lo que todos,
nos atrevamos a reconocerlo o no, preferimos: que la parte ancha nos toque a
nosotros; mientras que sea la angosta para los demás.
Es
claro que a Jesús no lo convencen esas teorías; porque él indica «lo que deseen que los demás
hagan por
ustedes, háganlo por ellos». Es decir, si te gusta lo más espacioso del
embudo, es probable que te vayas a la perdición, la que consiste en que, por
olvidar que el mundo está poblado por mucha más gente que lo que tu ego te
permite descubrir, te harás acreedor a una vida miserable y solitaria.
Lo
contrario ocurre cuando optamos por la dificultad (la puerta angosta), que es la
actitud de «el que no hace mal a su
prójimo ni agravia a su vecino» (Sal), sino, por el
contrario, busca su bienestar. Quien así se comporta, como decíamos con
respecto al evangelio del Domingo reciente, sigue el camino de una vida que es
la única que merece llamarse Vida, «y son
pocos los que lo encuentran».
Haz
que afinemos nuestros criterios, Señor, para que sepamos descubrir dónde se
encuentra lo realmente valioso, que muchas veces está lejos de ser lo que el
sentir general cree. Así sea.
Con la Paz, el Amor
y la Alegría de confiar en que Él está al lado de quien asume las consecuencias
de serle fiel,
Miguel.
Este es el tiempo, ahora más que nunca debemos buscar la puerta angosta. Cristo viene ya. Que DIOS nos ayude. Amén!!!
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