lunes, 23 de febrero de 2015

El sentido auténtico de Cuaresma (y de la vida cristiana)



23 de febrero de 2015
Lunes de la Primera Semana de Cuaresma

Lecturas:
Levítico 19, 1-2. 11-18 / Salmo 18, 8-10. 15 Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   25, 31-46
Jesús dijo a sus discípulos:
«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver."
Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?"
Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo."
Luego dirá a los de su izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron."
Estos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?"
Y él les responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo."
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Meditábamos el viernes reciente, basados en la Escritura, que el sentido auténtico de Cuaresma es buscar la justicia y la liberación para los hermanos.
Después, en la que correspondía al Domingo reciente, apoyados en una carta del Papa, agregábamos que, para lograr eso, hay que vencer la indiferencia.
Las lecturas de hoy refuerzan lo anterior, en el contexto de este tiempo que la Iglesia Católica se propone para prepararse a la Semana Mayor de la Fe: Semana Santa.
El objetivo es: «Ustedes serán santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo».
Para ir acercándonos a ese ideal, nuestra forma de relacionarnos debiese tener presente, entre otras, las siguientes prevenciones: «No oprimirás a tu prójimo ni lo despojarás; y no retendrás hasta la mañana siguiente el salario del jornalero […] No cometerás ninguna injusticia en los juicios […] ni pondrás en peligro la vida de tu prójimo. […] No odiarás a tu hermano en tu corazón […] Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (1L).
Además vemos que, en el evangelio, Jesús mismo se identifica como necesitado de todo lo que le haga falta al «más pequeño» de sus hermanos.
Dedicar la Cuaresma, entonces, a comer menos, ir más a Misa o cualquier otra práctica exclusivamente individual, tiene poco que ver con el sentido y el contenido de una vida que quiera regirse con los criterios del Reino de Dios y su excelentísimo profeta, nuestro Señor y Maestro, Jesús.

Que acojamos tu invitación-desafío, Señor, para hacer de esta Cuaresma y de nuestra vida completa un servicio atento a las necesidades de nuestros hermanos. Así sea.

Esperanzado en que el tiempo se ha cumplido para hacer realidad el Reino de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.

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