28 de febrero de 2015
Sábado de la Primera Semana de
Cuaresma
Lecturas:
Deuteronomio
26,
16-19 / Salmo 118, 1-2. 4-5. 7-8 ¡Felices los que siguen la ley del Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 5, 43-48
Jesús dijo a sus discípulos:
«Ustedes han oído que se dijo: Amarás
a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos,
rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo,
porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre
justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes
los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si
saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo
mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es
perfecto el Padre que está en el cielo.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
El de este día vendría a ser como una
segunda parte del mensaje que traía el evangelio de ayer, el cual nos invitó a
meditar –recordemos- sobre la reconciliación.
Podríamos hacer el siguiente
ejercicio: cambiemos en el texto donde se nos llama a amor ponienso la palabra
perdón. Resultaría así:
“yo les digo: Perdonen a sus enemigos,
rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo,
porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre
justos e injustos.
Si ustedes perdonan solamente a
quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y
si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo
mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es
perfecto el Padre que está en el cielo”.
Porque “¡Dios perdona siempre! No se
cansa de perdonar” (Papa Francisco).
Y eso se debe a que Dios es amor (1
Jn 4,8) y perdonar es una manera concreta y visible
de amar.
Que podamos ensanchar el corazón para
vivir tu mandato de amar a todos, perdonando a todos, como una forma clara y
evidente de mostrar que somos hijos del Padre que está en los cielos, Señor.
Así sea.
Esperanzado en
que el tiempo se ha cumplido para hacer realidad el Reino de la Paz, el Amor y la
Alegría,
Miguel.
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