11 de Enero de 2016
Lunes de la Primera Semana del Tiempo Común
Lecturas:
I Samuel 1, 1-8
/ Salmo 115, 12-14. 17-19 ¡Te ofreceré, Señor, un sacrificio de
alabanza!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 14-20
Después que Juan fue
arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de
Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca.
Conviértanse y crean en la Buena Noticia».
Mientras iba por la orilla del
mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el
agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y Yo los haré
pescadores de hombres». Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
Y avanzando un poco, vio a Santiago,
hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca
arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su
padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Los primeros discípulos eran pescadores, probablemente analfabetos (no
necesitaban saber leer y escribir para su oficio y ese era un privilegio de muy
pocos).
Probablemente, Jesús los conoció en el grupo de Juan y también habían
vuelto a Galilea, desde Judea, con ocasión del arresto de su maestro.
A él le bastaba el espíritu que tenían y lo que sabía de sus ganas de
anunciar el Reino.
No dejo de pensar que hoy ellos no podrían ser sacerdotes, ni, mucho
menos, obispos o Papa…
Son otros tiempos. Claro. Pero hoy tenemos mucha gente que sabe
bastante, y no tantos «pescadores de hombres», que
atraigan con su ejemplo, con el estilo sencillo de Jesús y sus primeros
seguidores.
Que busquemos, cada vez más y cada vez mejor, hacer de nuestra vida de
fe una que sea coherente, humilde y servidora, como la tuya, Señor. Así sea.
Intentando vivir como bautizado, es decir,
llevando Paz, Amor y Alegría por donde vaya,
Miguel
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