4 de junio de 2013
Martes de la Novena Semana del Tiempo Común
Lecturas:
Tobías 2, 9-14
/ Salmo 111, 1-2. 7-9 El corazón del justo confía en el Señor
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 12, 13-17
Le
enviaron a Jesús unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de sus
afirmaciones. Ellos fueron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y
no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la
categoría de nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios.
¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarlo o no?»
Pero Él, conociendo su hipocresía, les dijo: «¿Por qué me tienden una
trampa? Muéstrenme un denario.»
Cuando se lo mostraron, preguntó: «¿De quién es esta figura y esta
inscripción?»
Respondieron: «Del César.»
Entonces Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo
que es de Dios.»
Y
ellos quedaron sorprendidos por la respuesta.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Querían
ponerle una trampa, pero, para que ésta funcionara, debían dejar en evidencia
sus supuestas contradicciones frente a la gente que lo seguía y lo admiraba.
Antes de eso, tenía que parecer que compartían la valoración que ellos tenían
de sus cualidades, así que repiten lo que era consenso: «sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las
personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con
toda fidelidad el camino de Dios».

Concluyendo,
dejando de lado la intención, las palabras de sus adversarios nos muestran una
gran verdad, porque, como reza el antiguo dicho: “Dios escribe recto sobre
líneas torcidas”.
Que
crezcamos, a ejemplo tuyo, Señor, en sinceridad; respeto por todo y todos los
seres humanos; fidelidad e iluminación del camino de Dios, para su mayor
gloria. Así sea.
Alimentados del
Pan Vivo que da Paz, Amor y Alegría, para que lo compartamos con muchos más,
Miguel.
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