14 de Julio de 2015
Martes de la Décimo Quinta Semana Durante el Año
Lecturas:
Éxodo 2, 1-15
/ Salmo 68, 3. 14. 30-31.
33-34 Busquen al Señor, humildes, y
vivirán
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 11, 20-24
Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más
milagros, porque no se habían convertido. «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti,
Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en
Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y
cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón
serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees
que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno.
Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad
aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma
será tratada menos rigurosamente que tú.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Sí, pobres
de esas ciudades que tuvieron el privilegio de ser visitadas por la
misericordia de Dios y siguieron tal cual.
Y pobres de
nosotros también, que hemos recibido señales y palabras durante toda nuestra
vida y, por eso, decimos creer, pero se nota poco o nada.
Pero no te
preocupes, nadie te condena a un precipicio en el infierno: es un lenguaje que
servía en su época para comprender la gravedad de la falta. Por lo demás, habla
de ciudades, no de personas.
Sí somos
merecedores de compasión por nuestra ceguera, sordera, debilidad, egoísmo y
dureza de corazón.
Ojalá estas
palabras produzcan algún cambio en nuestras vidas.
Hagamos
nuestras, pues, las palabras del Salmo de hoy: «Estoy hundido en el fango del Abismo y no
puedo hacer pie. Pero mi oración sube hasta ti, Señor: respóndeme, Dios mío,
por tu gran amor, sálvame, por tu fidelidad, porque el Señor escucha a los
pobres y no desprecia a sus cautivos». Así sea.
Intentando
liberarnos de todo lo que nos impide aceptar el llamado del Señor a ser misioneros
de su Paz, su Amor y su Alegría,
Miguel
No hay comentarios:
Publicar un comentario