«Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos
pequeños que tienen fe,
sería preferible para él que le ataran al cuello una
piedra de moler
y lo arrojaran al mar» (Mc 9,42)
El escándalo es aquello que hace que una
persona se tropiece y caiga. A nivel de fe, significa aquello que desvía a la
persona del buen camino. Escandalizar a los pequeños quiere decir ser el motivo
por el cual los pequeños se desvían del camino y pierden la fe en Dios. Quien
hace esto recibe la siguiente sentencia: “Más le vale que le pongan al cuello
una piedra de molino y le arrojen al mar. ¿Por qué tanta severidad? Porque
Jesús se identifica con los pequeños, con los pobres (Mt 25,40.45). Son sus
preferidos, los primeros destinatarios de la Buena Nueva (cf. Lc 4,18). Quien
les hace daño, hace daño a Jesús. a lo largo de los siglos, muchas veces,
nosotros los cristianos, por nuestra manera de vivir la fe hemos sido el motivo
por el cual los pequeños se han alejado de la Iglesia y se han ido hacia otras
religiones. No lograban creer, como decía el apóstol en la carta a los Romanos,
citando al "Por vuestra causa, el nombre de Dios es blasfemado entre los
paganos." (Rom 2,24; Is 52,5; Ez 36,22). ¿Hasta dónde nosotros somos
culpables? ¿Merecemos una piedra de molino al cuello?
Lectio
Divina ocarm.org
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