23 de febrero de 2013
Sábado de la Primera Semana de Cuaresma
Lecturas:
Deuteronomio 26,
16-19 / Salmo 118, 1-2. 4-5. 7-8 ¡Felices
los que siguen la ley del Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
5, 43-48
Jesús dijo a sus discípulos:
«Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu
prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen
por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque
él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e
injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman,
¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente
a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto
el Padre que está en el cielo.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Se dice que una leyenda judía cuenta
que, después que los egipcios murieron ahogados en el Mar Rojo persiguiendo a
los hebreos (Ex 14,27-28), los ángeles cantaron himnos de
alabanzas a Dios, pero éste los hizo callar diciéndoles: “la obra de mis manos
pereció ahogada y ¿esperan que esté feliz?”.
Algún piadoso inspirado encontró que
esta imagen reflejaba mejor el amor de Padre que él había conocido de Dios. La
misma característica que había descubierto y recalca Jesús en este texto: «él hace salir el sol sobre malos y buenos y
hace caer la lluvia sobre justos e injustos». Es que, como no vemos los
corazones de los demás, podemos categorizarlos de esa manera, pero para Él
todos somos sus hijos. Y un buen Padre, como nuestro Dios, no puede actuar de
otra manera.
Por eso, «hoy el Señor, tu Dios, te ordena practicar estos preceptos y estas
leyes» (1L): «Amen
a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que
está en el cielo».
«¡Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus preceptos!» (Sal), sabiendo que lo que ordenas siempre
será para el bien de tu Pueblo y el propio. Así sea.
Tratando de
vencer las pruebas que intentan alejarnos del Reino de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.
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