martes, 19 de marzo de 2013

Un modelo de soñador fiel y seguidor de la voluntad de Dios



19 de marzo de 2013
SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA

Lecturas:
II Samuel 7, 4-5. 12-14. 16 / Salmo 88, 2-5. 27. 29 Su descendencia permanecerá para siempre / Romanos 4, 13. 16-18. 22

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo    1, 16. 18-21. 24
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
Este fue el origen de Jesucristo:
María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados.»
Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado.
Palabra del Señor.

MEDITACION
Se suele hablar de un soñador como alguien que no vive con los pies bien puestos en la tierra. Grave pecado en nuestros tiempos excesivamente pragmáticos. Por eso es difícil encontrar idealistas hoy.
José, lleva el nombre de otro gran soñador de la Biblia, uno a quien aquello no le fue impedimento para llegar a ser un eficiente administrador y mano derecha del emperador de Egipto (Gn 41,44). Por lo tanto, en las escrituras el soñador no tiene la connotación que hoy le damos.
Un soñador es quien cree en las utopías. Y hace su aporte para que éstas se realicen.
José sueña con el que «salvará a su Pueblo de todos sus pecados» y se pone a disposición para que el proyecto de «aquel en quien creyó: el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen» (2L) se lleve a cabo, aún si –como parecían mostrar las apariencias- debía hacerse a un lado de la mujer que había elegido para su vida.
Pero por ese mismo medio, sus sueños, se convence de que él se encuentra incluido en el plan y actúa en consecuencia fielmente, desde entonces y hasta «cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con tus padres» (1L).
En su confianza por un mundo mejor; en su búsqueda de la voluntad del que ha dicho: «Mi amor se mantendrá eternamente» (Sal); en su fidelidad sin estridencias al plan que descubre que le presenta Dios; en todo eso José debe ser un modelo para nosotros.

Tú, que eres nuestro Padre, nuestro Dios, nuestra Roca salvadora, danos una fidelidad y sentido utópico semejante al del esposo de María, para servirte en lo que nos vas mostrando como la implementación de tu Reino en la tierra. Así sea.

Buscando ser misericordiosos, en agradecimiento a la Paz, Amor y Alegría que nos brinda la misericordia del Padre Dios,
Miguel.

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