26 de febrero de 2015
Jueves de la Primera Semana de
Cuaresma
Lecturas:
Ester 4, 12. 14-16. 23-25
/ Salmo 137, 1-3. 7-8
¡Me respondiste cada vez que te invoqué,
Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 7, 7-12
Jesús dijo a sus discípulos:
«Pidan y se les dará; busquen y
encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que
busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
¿Quién de ustedes, cuando su hijo le
pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Si
ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el
Padre celestial dará cosas buenas a aquellos que se las pidan!
Todo lo que deseen que los demás hagan
por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Muchos y muchas devotos de multitud de
santos, de diversas advocaciones de la Virgen, de una gran variedad de piedades
aprendidas y otras creadas por ellos mismos, probablemente sientan que no es
muy cierto esto de «Pidan
y se les dará», porque ellos, que creen haber
acumulado “méritos” suficientes habitualmente no obtienen lo que piden para sí
mismos/as.
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La oración más fructífera es la que se
acuerda de otros desinteresadamente o, mejor aún, del bienestar de todos, como
la de Ester, que pide por su pueblo oprimido: «Coloca en mis labios palabras armoniosas cuando me encuentre delante
del león, y cámbiale el corazón para que deteste al que nos combate y acabe con
él y con sus partidarios» (1L).
Es que, quien pide por la comunidad,
no sólo pedirá, también hará; y ese hacer contagiará a otros, y así, juntos,
removerán los obstáculos que impiden la plenitud de vida para todos; y a todos
se les dará Vida plena y digna.
Que hagamos más oración-acción
comunitaria, Señor, para conmover no tu corazón generoso, sino los corazones de
piedra que nos oprimen, incluidos los nuestros que no se dejan apiadar por el
dolor de otros diferentes a nosotros mismos. Así sea.
Esperanzado en
que el tiempo se ha cumplido para hacer realidad el Reino de la Paz, el Amor y la
Alegría,
Miguel.
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