PREPAREMOS
EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
16 de Febrero de
2020
Domingo de la Sexta
Semana Durante el Año
Lecturas
de la Misa:
Eclesiástico 15, 15-20 / Salmo 118, 1-2. 4-5.
17-18. 33-34 Felices los que siguen la ley del Señor / I Corintios 2, 6-10
+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Mateo
5, 17-37
Jesús dijo
a sus discípulos:
«No piensen
que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a
dar cumplimiento.
Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni
una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo
se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos
mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor
en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será
considerado grande en el Reino de los Cielos.
Les aseguro que, si la justicia de ustedes no
es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los
Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los
antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero
yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser
condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado
por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el
altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu
ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces
vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu
adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue
al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de
allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Ustedes han oído que se dijo: No cometerás
adulterio. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió
adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de
pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo
de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Y si tu mano
derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es
preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea
arrojado a la Gehena.
También se dijo: El que se divorcia de su
mujer, debe darle una declaración de divorcio. Pero yo les digo: El que se
divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer
adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete
adulterio.
Ustedes han oído también que se dijo a los
antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor.
Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el
trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por
Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza,
porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
Cuando ustedes digan “sí”, que
sea sí, y cuando digan “no”, que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del
Maligno.»
Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
El consejo para entrar en el Reino es «Si quieres, puedes observar los
mandamientos» (1L), pero de una
forma «superior a la de los escribas y fariseos» (Ev), que era
cumplidora por obligación, pero sin comprometer el corazón ni la voluntad. De
esta otra manera descubrirás la alegría de utilizar para lo que fueron hechos
los sentimientos humanos: para unir a los seres humanos. Todo esto «es una
sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que Él preparó para nuestra gloria
antes que existiera el mundo; aquella que ninguno de los dominadores de este
mundo alcanzó a conocer» (2L), y eso permite
que sean «Felices los que cumplen sus prescripciones» (Sal), con amor, al
estilo humilde y servidor de Jesús.
Aprendiendo del Maestro.
Jesús, como todo buen judío de su tiempo,
amaba las Escrituras Sagradas (a las que solían llamar “la Ley y los Profetas” y que es parte del
Antiguo Testamento de nuestra actual Biblia). En ellas encontraba, de manera privilegiada, la voz del Padre Dios:
sus orientaciones, sus invitaciones, sus desafíos. Y él trataba de vivir de
acuerdo a ellas, invitando a los demás a buscar el camino de la felicidad de la
misma manera (Mt 5,1-12).
Debido a lo anterior, enseñaba sobre el
contenido de la Palabra que «El que no cumpla el más pequeño de
estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el
menor en el Reino de los Cielos».
Para eso, didácticamente, va señalando cómo
deben vivirla aquellos que se digan seguidores suyos. Por ejemplo:
«Ustedes han oído que se dijo a los
antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal», tomando el texto del Libro del Éxodo 20,13. Pero quienes buscan entrar en el estilo del Reino que él predicaba, deben ir
más allá de lo textual y tratar de llegar al sentido profundo de lo que
esperaba conseguir el Padre Bueno con estos mandamientos. Porque para Él, en
este caso, según nos ha enseñado el Hijo, no bastaba que se abstuvieran de
atacar a otro; lo que quería era lograr un mundo de hermanos, en el cual no
cabría dejarse dominar por la irritación, el insulto y la maldición, entre
otras agresiones.
Mucho menos si uno se considera creyente en
ese Dios.
Por eso, «si al presentar tu
ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra
ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo
entonces vuelve a presentar tu ofrenda», porque el altar representa al Dios
Todomisericordioso y sería contradictorio glorificarlo manteniendo espacios
para el rencor hacia otro.
Lo mismo
sucede con los demás mandamientos que menciona y con toda su interpretación de
las Escrituras, la cual implica una justicia «superior a la de los escribas y fariseos», a quienes, ya sabemos, consideraba hipócritas en su relación con la
Palabra Santa (Mt 23,13-22).
La justicia superior sería leerla bajo la regla
del amor al prójimo, el cual, para Jesús está a un nivel semejante al amor a Dios
(Mt 22,37-39), y se transforma en una verdadera llave que abre la comprensión (y el
corazón) a la Palabra de Dios.
Porque si se ama, no se traiciona a la pareja; no se la somete
a un proceso envilecedor como era en aquel tiempo para la mujer un divorcio; ni
se miente, se escamotea la verdad o se perjura para engañar al prójimo, entre
otros males a los que se puede someter a los demás.
En
conclusión, este día podríamos sentirnos invitados a ir una y otra vez a
conocer la voluntad de nuestro Padre Dios en nuestras Biblias, abriendo bien el
corazón y permitiéndole a nuestro Maestro que nos guíe, de tal manera que nos
sea un poco más sencillo comprenderla.
Que no cesemos nunca de buscar saciar nuestra
alma sedienta de la Palabra de Dios (Sal
107,9), para que broten de nuestro actuar creyente
en tus enseñanzas, Señor, los ríos de agua viva (Jn 7,38) que fertilizan
nuestra existencia y la de todos quienes nos rodean. Así sea.
Buscando, con mucha Paz, Amor y Alegría, aprender y
comprender la Palabra Viva de Dios, para luego intentar hacerla vida en
nosotros,
Miguel
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