21 de mayo de 2013
Martes de la Séptima Durante el Año
Lecturas:
Eclesiástico 2, 1-11
/ Salmo 36, 3-4. 18-19.
27-28. 39-40 ¡Confía tu suerte al Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 9, 30-37
Al
salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera,
porque enseñaba y les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de
los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará.» Pero los
discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.
Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó:
«¿De qué hablaban en el camino?.» Ellos callaban, porque habían estado
discutiendo sobre quién era el más grande.
Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: «El que quiere ser el
primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos.»
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo,
les dijo: «El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí,
y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
La
sabiduría antigua de las Escrituras enseña: «Acepta de buen grado todo lo que te suceda, y sé paciente
en las vicisitudes de tu humillación» (1L). Porque la vida no es como la presenta la propaganda comercial:
no es sólo felicidad, sino, por el contrario, tiene mucho de dificultad.
Es que si el niño no se cayera muchas veces no aprendería a
caminar: es venciendo las dificultades que descubrimos y crecemos, con esa
apertura mental que sólo tienen los niños.
Tal vez por eso hay que recibir a los pequeños del Reino, a los
que no tienen miedo de explorar y encontrar, porque su disposición es a
aprender y a ayudar, no a estar por sobre los demás y así nos ponen en sintonía
con el Señor mismo.
Danos
la actitud generosa y de apertura de los niños, de manera que sintamos como
dice el escritor sagrado: «Que el Señor
sea tu único deleite, y él colmará los deseos de tu corazón» (Sal)
Llenos del
Espíritu Santo, a construir el Reino de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.
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