Los “Herodes” actuales siguen persiguiendo niños

28 de diciembre de 2013

Los Santos Inocentes, mártires

Lecturas:

I Juan 1, 5—2, 2 / Salmo 123, 2-5. 7-8 Nuestra vida se salvó como un pájaro de la trampa del cazador.

EVANGELIO

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   2, 13-18

Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»

José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.

Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.

Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías: En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen.

Palabra del Señor.

MEDITACION

Conmemoraciones como la de hoy se pueden trivializar con bromas-trampas para ingenuos o se dejan pasar sin darle importancia.

Hay también quienes usan este evangelio como argumento en la campaña anti-abortiva.

Pero muy pocos reparan en la “persecución” que sufren los que sí nacieron, pero son víctimas de un sistema que permite –y, a veces, necesita- que miles de ellos mueran de hambre, muchos más perezcan en conflictos armados y en una cantidad no cuantificada, pero a todas luces superior a las anteriores, haya quienes sufren la muerte en vida de la explotación infantil y todo tipo de abusos contra su inocencia…

Los “Herodes” actuales siguen buscando niños para matarlos, satisfaciendo su conveniencia, porque se los permite la cobardía y la complicidad de otros…

Y ahora, ¿qué harás con esta información?

Por no querer ver el dolor de quienes son atropellados en su pequeñez, perdón, Señor.

Intentando aportar para que la Paz, el Amor y la Alegría de Navidad llegue a todos,

Miguel.