2 de enero de 2014
Jueves de la Feria de Navidad
Lecturas:
I Juan 2,
22-28 / Salmo 97, 1-4 ¡El Señor
manifestó su victoria!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
1, 19-28
«¿Quién eres tú?»
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo
claramente:
«Yo no soy el Mesías.»
«¿Quién eres, entonces?», le preguntaron:
«¿Eres Elías?»
Juan dijo: «No.»
«¿Eres el Profeta?»
«Tampoco», respondió.
Ellos insistieron:
«¿Quién eres, para que podamos dar una
respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?»
Y él les dijo:
«Yo soy una voz que grita en el desierto:
Allanen el camino del Señor,
como dijo el profeta Isaías.»
Algunos de los enviados eran fariseos, y
volvieron a preguntarle:
«¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres
el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan respondió:
«Yo bautizo con agua, pero en medio de
ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: Él viene después de mí, y yo no
soy digno de desatar la correa de su sandalia.»
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado
del Jordán, donde Juan bautizaba.
MEDITACION
Muchas
veces nos parece –y actuamos acorde a eso- que en el mundo no hay personas
buenas.
O
sea, para la percepción general, no existe gente que sacrifica su merecido
tiempo de descanso para ayudar a otros, voluntariamente, en decenas de
organizaciones como “Un Techo para Chile” o “Desafío Levantemos Chile” o las
muchas fundaciones que auxilian a niños enfermos, abandonados y abusados o ancianos
o… en fin, muchísimas bellas iniciativas, gracias a Dios.
Debido
a ello, de nosotros también se puede decir: «en medio de ustedes hay alguien al que
ustedes no conocen». Porque en cada una de esas
actividades y muchos otros maravillosos y pequeños gestos de los que son
capaces las personas cada día, es Él quien está actuando, por medio de su
Espíritu inspirador.
Miremos mejor a nuestro alrededor, no nos
dejemos vencer por las malas acciones, reconozcamos lo mucho bueno que hay en
nuestra cercanía y dejémonos contagiar por este último tipo de personas.
Por
las buenas personas, por los buenos sentimientos que despiertas en ellos y,
sobre todo, por las buenas acciones que realizan con tu sustento, gracias,
Señor.
Buscando vivir
con Paz, Amor y Alegría en la gran familia humana,
Miguel.
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