1 de enero de 2014
Santa María, Madre de Dios
Lecturas:
Números 6,
22-27 / Salmo 66, 2-3. 5-6. 8 El
Señor tenga piedad y nos bendiga / Gálatas 4, 4-7
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
2, 16-21
Mientras tanto, María conservaba estas cosas
y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando
a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían
recibido.
Ocho días después, llegó el tiempo de
circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido
dado por el Ángel antes de su concepción.
MEDITACION
Si
María no hubiese sido una persona que permanentemente «conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón» -todas las
cosas (las situaciones) que le tocaban vivir- no hubiese sido capaz de ver en
ellas –en cada una de ellas- la acción misericordiosa y maravillosa de Dios.
Una
de ellas, tal vez la más sublime, «es que
Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios
llamándolo: ¡Abba!, es decir, ¡Padre!» (2L).
Conserva
lo bello que es esto, medítalo en tu corazón y luego haz algo fructífero al
respecto en este nuevo año y siempre.
Señor
Padre nuestro, «que canten de alegría las
naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de
la tierra» (Sal). Así sea.
Buscando vivir
con Paz, Amor y Alegría en la gran familia humana,
Miguel.
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