domingo, 13 de abril de 2014

LLEGA TU LUZ Y LA GLORIA DEL SEÑOR BRILLA SOBRE TI

«La multitud que iba delante de Jesús y la que lo seguía gritaba:
"¡Hosana al Hijo de David!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Hosana en las alturas!"»
(Mt 21,9)

¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti!

Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad, a las naciones,
pero sobre ti brillará el Señor y su gloria aparecerá sobre ti.
Las naciones caminarán a tu luz y los reyes, al esplendor de tu aurora.
Mira a tu alrededor y observa:
todos se han reunido y vienen hacia ti;
tus hijos llegan desde lejos y tus hijas son llevadas en brazos.
Al ver esto, estarás radiante, palpitará y se ensanchará tu corazón,
porque se volcarán sobre ti los tesoros del mar
y las riquezas de las naciones llegarán hasta ti.
Te cubrirá una multitud de camellos,
de dromedarios de Madián y de Efá.
¿Quiénes son esos que vuelan como una nube, como palomas a su palomar?
Son barcos que se reúnen para mí, con naves de Tarsis al frente,
para traer a tus hijos de lejos,
y con ellos su oro y su plata,
por el nombre del Señor, tu Dios,
y por el Santo de Israel, que así te glorifica.
Hasta ti llegará la gloria del Líbano,
con el ciprés, el olmo y el abeto,
para glorificar el lugar de mi Santuario,
para honrar el lugar donde se posan mis pies.
Los hijos de tus opresores irán a inclinarse ante ti,
y todos los que te despreciaban se postrarán ante la planta de tus pies
y te llamarán: "Ciudad del Señor",
"Sión del Santo de Israel".
Ya no se oirá hablar de violencia en tu país
ni de expoliación y desastre en tus fronteras;
a tus murallas las llamarás "Salvación" y a tus puertas, "Alabanza".
El sol ya no será tu luz durante el día,
ni la claridad de la luna te alumbrará de noche:
el Señor será para ti una luz eterna
y tu Dios será tu esplendor.
Tu sol no se pondrá nunca más y tu luna no desaparecerá,
porque el Señor será para ti una luz eterna
y se habrán cumplido los días de tu duelo.
En tu pueblo, todos serán justos y poseerán la tierra para siempre:
serán un retoño de mis plantaciones,
obra de mis manos, para manifestar mi gloria.
El más pequeño se convertirá en un millar,
el menor, en una nación poderosa.
Yo, el Señor, lo haré rápidamente, a su tiempo.


Isaías (cap 60, 1-5. 8-9. 13-14. 22)

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