25 de Julio de 2015
Santiago, apóstol
Lecturas:
II Corintios 4, 7-15
/ Salmo 125, 1-6 Los que siembran entre lágrimas cosecharán
entre canciones
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 20, 20-28
La madre de los hijos de
Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para
pedirle algo.
«¿Qué quieres?», le preguntó
Jesús.
Ella le dijo: «Manda que mis dos
hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
«No saben lo que piden»,
respondió Jesús. «¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?»
«Podemos», le respondieron.
«Está bien, les dijo Jesús,
ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda,
no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha
destinado mi Padre.»
Al oír esto, los otros diez se
indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes
saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les
hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el
que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el
primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser
servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Cada cierto
tiempo escucho algún comentario injurioso sobre la obra del Hogar de Cristo,
institución respetabilísima creada en Chile hace 7 décadas por un sacerdote
convencido que el pobre es el Señor mismo y que, para no quedarse en las
palabras, consiguió crear una red de hospederías para que las personas en esa
situación, al menos, pudiesen tener un techo y un lecho digno donde pasar las
noches.
Con el
tiempo, fue agregando productos para atender a los más necesitados. Y la forma
preferente para mantener esta tremenda acción es el aporte por medio de socios.
Aporte monetario. Y ahí “el diablo mete la cola”: aparecen los que siembran
sospechas sobre la forma y el uso de esas recaudaciones.
Bueno, su
propio creador, hoy santo y admirado por muchos incluso no creyentes, el Padre
Hurtado, en su tiempo fue objeto de persecución.
Muchas
veces buenas personas me preguntan por qué alguien que hace el bien, hoy el
Papa Francisco, pero desde siempre hay alguien o alguna obra que parece estar
en la senda de la humanidad que recibe golpes alevosos…
Jesús se
los advirtió a Santiago y Juan: «ustedes
beberán mi cáliz», porque quien busca justicia y dignidad para los
desvalidos se encontrará con quienes ejercen el poder y se benefician de que
haya desfavorecidos, entonces, si actúan de manera semejante a él, padecerán lo
mismo, ya que «el discípulo no es más que el maestro» (Mt 10,24).
Que
tengamos presentes los costos que conlleva el ser fieles a tu camino de
servicio por los demás, Señor, con la alegría de saber que no estamos solos en
él: nos acompañas tú y muchos hermanos que también quieren seguirte. Así sea.
Intentando, con Paz,
Amor y Alegría, de llenar nuestra vida de actitudes misericordiosas hacia los
demás, siguiendo el ejemplo del Señor,
Miguel
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