10 de Agosto de 2015
San Lorenzo, diácono y mártir
Lecturas:
II Corintios 9, 6-10
/ Salmo 111, 1-2. 5-9 Dichoso el que se compadece y da prestado
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 12, 24-26
Jesús dijo a sus discípulos:
«Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere,
queda solo; pero si muere, da mucho fruto.
El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su
vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna.
El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi
servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Recordemos
que los evangelios fueron escritos hace casi dos milenios, con lenguaje de su
época, el cual reflejaba imágenes que en ese entonces tenían sentido.
Pero hoy
no.
En lenguaje
de este tiempo, la frase podría ser algo así como: “el que es capaz de hacer
cualquier cosa por mantener su estilo de vida, aunque sea contrario a los
criterios del Reino que enseña Jesús, tendrá una pobre vida, triste, sin
sentido; por el contrario, quien decida que debe seguir el estilo que el
Maestro propone, tendrá una vida que, sin duda, puede considerarse plena”.
O, en otras
palabras, también antiguas, pero más cercanas a nuestra comprensión actual: «el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre;
en cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente» (1L).
¿Cómo se
manifiesta esto, por ejemplo? «Él da abundantemente a los
pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con
dignidad» (Sal).
Que
tengamos la actitud visionaria de elegir la vida, Señor, esa que merece
llamarse así, porque florece y da vida: a los demás y también a nosotros
mismos. Así sea.
Buscando
permitir que el Pan de Vida que nos alimenta produzca frutos de Paz, Amor y
Alegría para la vida del mundo,
Miguel
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