29 de Septiembre de 2015
Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Lecturas:
Daniel 7, 9-10.13-14
/ Salmo 137, 1-5 Te cantaré en presencia de los ángeles,
Señor
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 47-51
Al ver llegar a Natanael,
Jesús dijo: «Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez.»
«¿De dónde me conoces?», le
preguntó Natanael.
Jesús le respondió: «Yo te vi
antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.»
Natanael le respondió:
«Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús continuó: «Porque te
dije: "Te vi debajo de la higuera", crees. Verás cosas más grandes
todavía.»
Y agregó: «Les aseguro que
verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del
hombre.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Se suele
decir entre nosotros que nuestros muertos más queridos son angelitos que nos
cuidan desde el Cielo.
No sé si es
así, pero es una bonita imagen.
Lo que sí
sé es que hay ángeles entre nosotros permanentemente.
Algunos
ejemplos:
Hace unas
semanas, cuando el tema de la crisis migratoria en Europa estaba “de moda”
(lamentablemente actuamos de acuerdo a lo que las noticias ponen en primer
plano en cada momento y no sobre convicciones profundas), las autoridades de
aquellos países buscaban soluciones. En Islandia decidieron abrir las fronteras
a 50 de ellos. Los habitantes del país se rebelaron y exigieron recibir muchos
más que esa cantidad absolutamente insuficiente. Para eso catorce mil familias
ofrecieron sus hogares…
Más
recientemente aún, con motivo del último terremoto en nuestro país, hubo una
conmovedora donación para los damnificados: los presos de una cárcel de la
región acordaron entregar el pan de sus colaciones hasta completar 200 kilos,
con lo que buscaban aliviar las necesidades más básicas de quienes lo perdieron
todo.
Esos son
ángeles actuando en nuestro tiempo.
Que sepamos
descubrir a tus ángeles en acción entre nosotros, Señor. Y que nos dejemos
inspirar para serlo, a nuestra vez, en la ocasión que sea necesario. Así sea.
Intentando permitir que sea sólo el
Espíritu el que nos guíe en reconocer a los que trabajan por el Reino de la Paz,
el Amor y la Alegría,
Miguel
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