Así se hace oración efectiva y fructífera

25 de Septiembre de 2015

Viernes de la Vigésima Quinta Semana Durante el Año

Lecturas:

Ageo 1, 15—2, 9 / Salmo 42, 1-4 ¡Espero en el Señor y le daré gracias!

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   9, 18-22

    Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»

    Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado.»

    «Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?»

    Pedro, tomando la palabra, respondió: «Tú eres el Mesías de Dios.»

    Y Él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie.

    «El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.»

Palabra del Señor.

MEDITACION

Esta pregunta, que ya hemos meditado en otras ocasiones recientes, nace «un día en que Jesús oraba a solas».

Probablemente era una inquietud que previamente había meditado con su Padre.

Eso nos recuerda que en la oración, es decir, el diálogo con Dios, entra toda la vida, incluso las preocupaciones que –a veces- nos impiden precisamente orar…

Porque nos han mal enseñado que orar es repetir palabras (eso es rezar), lo que puede ayudar eventualmente, pero uno no conversa con otra persona leyendo un discurso o recitando diálogos memorizados.

Si de verdad creemos en el Dios Vivo, hay que hacerse el hábito de presentarle todo lo que somos, tenemos y pensamos en nuestra oración y, si nos abrimos a la acción del Espíritu Santo en nosotros, podremos tener la experiencia de sentir sus respuestas y sugerencias acerca de estos. Así se hace oración efectiva y fructífera.

Que poco a poco, y más y más, nos abramos a la experiencia de relacionarnos de manera viva contigo, Señor, que eres fuente de sabiduría y de vida. Así sea.

Buscando ser los últimos en privilegios para ser primeros en llenar de Paz, Amor y Alegría a los demás y a nuestra vida,

Miguel