19 de Septiembre de 2015
Sábado de la Vigésima Cuarta Semana Durante el
Año
Lecturas:
Timoteo 6, 13-16
/ Salmo 99, 1-5 ¡Lleguemos hasta el Señor cantando himnos de
gozo!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 8, 4-15
Como se reunía una gran
multitud y acudía a Jesús gente de todas las ciudades, él les dijo, valiéndose
de una parábola: «El sembrador salió a sembrar su semilla. Al sembrar, una
parte de la semilla cayó al borde del camino, donde fue pisoteada y se la
comieron los pájaros del cielo. Otra parte cayó sobre las piedras y, al brotar,
se secó por falta de humedad. Otra cayó entre las espinas, y estas, brotando al
mismo tiempo, la ahogaron. Otra parte cayó en tierra fértil, brotó y produjo
fruto al ciento por uno.»
Y una vez que dijo esto,
exclamó: «¡El que tenga oídos para oír, que oiga!»
Sus discípulos le preguntaron
qué significaba esta parábola, y Jesús les dijo: «A ustedes se les ha concedido
conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, en cambio, se les habla
en parábolas, para que miren sin ver y oigan sin comprender.
La parábola quiere decir esto:
La semilla es la Palabra de Dios. Los que están al borde del camino son los que
escuchan, pero luego viene el demonio y arrebata la Palabra de sus corazones,
para que no crean y se salven.
Los que están sobre las
piedras son los que reciben la Palabra con alegría, apenas la oyen; pero no
tienen raíces: creen por un tiempo, y en el momento de la tentación se vuelven
atrás.
Lo que cayó entre espinas son
los que escuchan, pero con las preocupaciones, las riquezas y los placeres de
la vida, se van dejando ahogar poco a poco, y no llegan a madurar. Lo que cayó
en tierra fértil son los que escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto,
la retienen, y dan fruto gracias a sus constancia.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Si «la semilla es la Palabra de Dios», ¿cómo se la recibe con un corazón bien
dispuesto, se la retiene y se da frutos constantes con ella?
Pablo sugiere:
«observa
lo que está prescrito» (1L), es decir, lee, medita y haz lo que
la propia Palabra te inspire.
Tengamos presente,
eso sí, que no hay una sola forma de entenderla. Por eso hay tantas
denominaciones religiosas que dicen basarse en ella para hacer y decir cosas
absolutamente contrapuestas unas de otras.
Y, no sólo
eso, dentro de una misma congregación hay distintos énfasis y comprensiones.
Debido a lo
anterior, y asumiendo que nuestra naturaleza es limitada respecto a la sabiduría
de Dios manifestada en las Escrituras, nos toca abrirnos a escucharla, buscar
escudriñarla con otros más y vivir lo más fielmente lo que se entiende de ella,
confiando en el amor misericordioso del Padre.
Que podamos
ser, mediante el estudio, el compartir y la oración, tierra fértil para tu
Palabra y los frutos que esperas que ésta dé en nosotros, Señor. Así sea.
Buscando los caminos de Paz, Amor y Alegría
para seguir por ellos al Señor con la cruz del servicio al hombro,
Miguel
No hay comentarios:
Publicar un comentario