17 de Septiembre de 2015
Jueves de la Vigésima Cuarta Semana Durante el
Año
Lecturas:
Timoteo 4, 12-16
/ Salmo 110, 7-10 ¡Grandes son las obras del Señor!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 7, 36-50
Un fariseo invitó a Jesús a
comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa. Entonces una mujer
pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en
casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. Y colocándose detrás de
él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los
secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo
había invitado pensó: «Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer
que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!»
Pero Jesús le dijo: «Simón,
tengo algo que decirte.» «Di, Maestro!», respondió él.
«Un prestamista tenía dos
deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Como no tenían con
qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos amará más?»
Simón contestó: «Pienso que
aquel a quien perdonó más.»
Jesús le dijo: «Has juzgado
bien.» Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en
tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con
sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Tú no me besaste; ella, en cambio,
desde que entré, no cesó de besar mis pies. Tú no ungiste mi cabeza; ella
derramó perfume sobre mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos
pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a
quien se le perdona poco, demuestra poco amor.»
Después dijo a la mujer: «Tus
pecados te son perdonados.»
Los invitados pensaron: «¿Quién
es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?» Pero Jesús dijo a la
mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Este es el
contenido más profundo de la Buena Noticia que vino a contarnos Jesús: todos
tenemos una “deuda” con su Padre. Y, como Él es demasiado bueno, y no tenemos
“con qué pagar”, nos la ha perdonado.
¿Hay muchos
que lo aman por esto?
Puede haber
bastantes que dicen amarlo, pero lo importante es “demostrar mucho amor” a
quienes nos rodean, siendo atentos con ellos y demostrándoles el cariño que
merecen los hijos de Dios.
Que podamos
reconocernos agradecidos de todo tu amor, Señor, amando más y mejor a quienes
necesitan sentirlo. Así sea.
Buscando los caminos de Paz, Amor y Alegría
para seguir por ellos al Señor con la cruz del servicio al hombro,
Miguel
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