18 de Noviembre de 2015
Miércoles de la Trigésimo Tercera Semana Durante el Año
Lecturas:
Macabeos 7, 1. 20-31
/ Salmo 16, 1. 5-6. 8. 15 ¡Me saciaré de tu presencia, Señor!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 19, 11-28
Jesús dijo una parábola,
porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a
aparecer de un momento a otro.
El les dijo: «Un hombre de
familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar
en seguida. Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata
a cada uno, diciéndoles: "Háganlas producir hasta que yo vuelva."
Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada
encargada de decir "No queremos que este sea nuestro rey".
Al regresar, investido de la
dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero,
para saber lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y le dijo:
"Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más."
"Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca
cosa, recibe el gobierno de diez ciudades".
Llegó el segundo y le dijo:
"Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más." A
él también le dijo: "Tú estarás al frente de cinco ciudades."
Llegó el otro y le dijo:
"Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un
pañuelo. Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres
percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado." Él
le respondió: "Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si
sabías que soy un hombre exigente, que quiero percibir lo que no deposité y
cosechar lo que no sembré, ¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi
regreso yo lo hubiera recuperado con intereses."
Y dijo a los que estaban allí:
"Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más."
"¡Pero, señor, le
respondieron, ya tiene mil!"
Les aseguro que al que tiene,
se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene. En cuanto a
mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi
presencia.»
Después de haber dicho esto,
Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén.
Palabra del Señor.
MEDITACION

Pero es muy útil recordar que Jesús no era amigo del dinero,
precisamente.
Por eso, hay que entender que, como en todas sus enseñanzas, utiliza
algo concreto que todos conocen para ayudar a sus hermanos de humanidad a
comprender algo más profundo.
El Reino de Dios no iba a aparecer de un momento a otro, porque ya estaba
en medio de ellos (tal como está en medio nuestro, hoy) y se podía percibir e
irradiar cuando cada uno/a tomaba las capacidades con que el Padre le había
dotado y las hacía aumentar poniéndolas generosamente al servicio de quien las
necesitara.
Eso es difícil que lo entiendan los economistas y quienes de nosotros
estamos demasiado contaminados con el materialismo egoísta que nos gobierna.
Que, en primer lugar, reconozcamos los talentos que tenemos, Señor, para
después buscar la forma de hacerlos multiplicar por medio del amor. Así sea.
Con el corazón lleno de Paz, Amor y Alegría
porque la esperanza está activa,
Miguel
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