6 de Febrero de 2016
Sábado de la Cuarta Semana Durante el Año
Lecturas:
I Reyes 3, 4-13
/ Salmo 118, 9-14 Enséñame, Señor, tus preceptos
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 30-34
Los Apóstoles se reunieron con
Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. El les dijo: «Vengan
ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco.» Porque era tanta la
gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la
barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de
todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que
ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una
gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y
estuvo enseñándoles largo rato.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Cuenta la historia bíblica que a Salomón, al principio de su reinado, el
mismo Dios le dijo: «Pídeme lo que quieras» y su petición, ante tan amplias
perspectivas, fue: «Concede entonces a tu servidor un
corazón comprensivo, para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el
mal». Y eso le agradó tanto que se lo concedió junto a riquezas (1L).
El Padre Dios tiene predilección por quienes piensan en el bienestar de
los demás.
Jesús lo sabía y, por eso, con alegría, era capaz de dejar de lado su
propio descanso ante quienes lo buscaban con sencillez y muchas necesidades.
Que aprendamos, al menos, a equilibrar nuestras necesidades y dejar un
tiempo para atender las de los demás que están dentro de nuestras capacidades,
ya que nos es mucho más difícil tener la disponibilidad tuya, Señor. Así sea.
Buscando llevar la Buena Noticia de la Paz,
el Amor y la Alegría a los empobrecidos materiales y los pobres de esperanzas,
Miguel
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