miércoles, 17 de enero de 2018

Pero, ¿qué es el Reino?



PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
21 de Enero de 2018
Domingo de la Tercera Semana Durante el Año

Lecturas:
Jonás 3, 1-5. 10 / Salmo 24, 4-9 Muéstrame, Señor, tus caminos / I Corintios 7, 29-31

+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     1, 14-20
    Después que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia».
    Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres». Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
    Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.
Palabra del Señor.

MEDITACION
El Señor, que «guía a los humildes para que obren rectamente» (Sal), espera que quienes creemos en Él, sintamos que tenemos una tarea urgente, porque «queda poco tiempo» (2L), o más bien, «el tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca» (Ev), por lo que nos dice a todos que vayamos donde nuestro hermano, con el siguiente encargo: «anúnciale el mensaje que Yo te indicaré» (1L). Y el mensaje es su misericordia y su amor, el que debe ser proclamado haciéndolo vida, nuestra vida, para que sea coherente frente a todos.
Algunas pistas esclarecedoras.
El Reino de Dios es el gran tema de la predicación de Jesús. De hecho, en este texto, vemos que ya está en el contenido de su primer anuncio. Y luego seguirá mencionándolo o, en la versión de Mateo, lo encontraremos como el Reino de los Cielos, que es lo mismo.
Por lo tanto, si nos interesa el Señor, sería necesario que pudiésemos comprender qué es y cómo entender esta realidad que está tan presente en su prédica. Para ayudarnos a esto, aprovecharemos fragmentos de un trabajo del dominico Julián Riquelme, O.P.:
En primer lugar, nos hace notar que el Reino es Salud.
El sanar a los enfermos significa que el Reino de Dios se ha acercado (Mt 11,4s [Lc 7,22]; Lc 6,19; Hch 10,38).
Incluso, esto es más importante que cumplir la ley de Moisés, con todo lo trascendente que era para el pueblo de Jesús (Mt 12,10-12; Mc 3,2.4; Lc 6,7.9; 13,14-16; 14,3; Jn 5,16; 9,14).
Además, la sanación es para todos los enfermos; porque nadie debe ser marginado del caminar hacia la Vida en plenitud. Por eso no se puede excluir de la sociedad a los leprosos (Mc 1,40-45), a la hija de la cananea (Mc 7,24-30), ni al criado del centurión (Mt 8,5-13), ni al samaritano (Lc 17,16).
En resumen: Por medio de la espiritualidad del Reino de Dios, se peregrina hacia la superación de las enfermedades, a una vida más sana o más plena.
A continuación, nos recuerda que, para Jesús, el Reino se asemeja a un Banquete.
Y enumera situaciones que enlazan con el alimento: el Nazareno come con los pecadores (Mc 2,16); realiza la multiplicación de los panes y los peces, insistiendo en el compartir (Mt 14,13-21; Mc 6,30-44; Lc 9,10-17; Jn 6,1-15); en el padrenuestro pide a Dios Padre “Danos hoy nuestro pan de cada día” (Mt 6,11; Lc 11,3); invita a dar de comer al hambriento (Mt 25,35). Y anuncia el Reino de Dios como un gran banquete, una fiesta, con buena comida y bebida (Mt 22,1-14; Lc 14,15-24).
Es más, para acortar la distancia entre ricos y pobres, el apóstol Pablo “inaugura” una interpretación “profunda” de la Cena del Señor, y la relaciona con la práctica de la Comunidad. Más aún, incluye a la creación entera en este banquete (Rm 8,22).
Por cierto, también señala que los evangelios se refieren -todos- a la Última Cena de Jesús con sus discípulos (Mt 26,26; Mc 14,22; Lc 22,24; Jn 6,53).
En suma: Por medio de la espiritualidad del Reino de Dios, se tiende a participar en un banquete, aunque sea sencillo, donde se comparte el alimento en un ambiente de fraternidad.
Finalmente, el padre Riquelme nos indica que el Reino genera nuevas relaciones.
Por ejemplo, en el gran Sermón de la montaña, Jesús educa a sus discípulos y a la multitud, para que cultiven nuevas relaciones humanas (Mt 5,1-7,28; cfr. Lc 6,17-49): “Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen. El Padre hace salir el sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos…. Sean perfectos como perfecto es el Padre celestial de ustedes” (Mt 5,44-48; Lc 6,27-36).
Es que, nos dice, hay enemigos externos, pero es más importante neutralizar los enemigos internos, porque succionan fuerzas interiores nuestras y debilitan a nuestras personas.
Continuando con la novedad en la forma de relacionarse de quienes quieren seguir a Jesús, nos recuerda otras sentencias suyas, como: “No se puede servir a dos señores. No se puede servir a Dios y al dinero” (Mt 6,24), recordándonos que hoy estamos sirviendo más al Mercado que a la Vida Humana.
Sigue: “Busquen el Reinado de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura” (Mt 6,33).
Más eruditamente, enseña que la actitud fundamental del Padre es la “gratuidad” en el amor; por eso el apóstol Pablo llama al Reinado de Dios “gracia” (1 Cor 15,10; Gal 1,15; 2,20; Ef 2,4; 3,19).
De hecho, nos cuenta que Pablo usa 155 veces la palabra “gracia” [járis] en sus textos.
A continuación, el dominico nos recuerda que Jesús enseña que el amor a Dios y el amor al prójimo
son inseparables y complementarios (Mc 12,28b-34; Mt 22,35-38); que un pagano y un samaritano pueden cultivar nuevas relaciones, propias del Reinado de Dios, como lo indica la Parábola del Buen Samaritano (Lc 10,25-37); que en la Última Cena declaró: “Yo no los llamo a ustedes siervos, sino amigos. Porque el siervo no sabe lo que hace su señor. Yo les llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi “Padre” se los he dado a conocer” (Jn 15,15) y “Les doy un mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como Yo los he amado. En esto conocerán que ustedes son discípulos míos” (Jn 13,34-35).
En síntesis: Por medio de la espiritualidad del Reino de Dios, se tiende a propiciar nuevas relaciones entre los seres humanos.

Que podamos sentir como un mensaje siempre en tiempo actual aquel que anunciaste, Señor, cuando dijiste que ya era tiempo que el Reino se hiciera presente y hagamos lo que nos sea posible para convertirnos a él. Así sea.

Buscando, con mucha Paz, Amor y Alegría, anunciar, con la palabra y la forma de vivir, que el Reino se acerca en la medida que cambiamos lo malo nuestro y del mundo,
Miguel

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