sábado, 6 de julio de 2013

Dios no quiere más privaciones que aquellas que son necesarias para que la mayor cantidad posible de gente disfrute de la vida

6 de julio de 2013
Sábado de la Décimo Tercera Semana Durante el Año

Lecturas:
Génesis 27, 1-5. 15-29 / Salmo 134, 1-6 ¡Alaben al Señor, porque es bueno!

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo    9, 14-17
    Se acercaron los discípulos de Juan y le dijeron: «¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?»
    Jesús les respondió: «¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
    Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande.
    Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!»
Palabra del Señor.

MEDITACION
“Jesús relaciona el ayuno con la muerte. Porque, a su juicio, “ayunar” es como “guardar luto”. Y es que, efectivamente, si ayunar es privarse de alimento, por eso mismo es privarse de lo que sustenta la vida. De ahí que el ayuno es símbolo de muerte. Pero sabemos que Jesús vino a traer vida, no muerte. Es decir, la religión de Jesús es religión de vida, de felicidad, de gozo y alegría por todo lo bueno que la vida nos ofrece.
Es un despropósito pensar que las privaciones, que sólo sirven para causarnos dolor, tristeza, sufrimiento, por eso mismo nos acercan a Dios. Quien tiene semejante creencia, lo que en realidad tiene en su cabeza es un “dios falso”, o sea un “ídolo”. Dios no quiere más privaciones que aquellas que son necesarias para que podamos dar felicidad, contagiar alegría, lograr que la mayor cantidad posible de gente disfrute de la vida. Lo que dice el texto: “Llegará un día en que se llevarán al novio y entonces ayunarán”, es una añadidura de la comunidad de Mateo que, por lo visto, seguía ayunando algunos días. Pero eso no tiene valor alguno para nosotros. Los cristianos no se deben sentir obligados nunca a ayunar.
Además, en este asunto no caben soluciones de compromiso, tomando algo de lo antiguo y mezclándolo con algo de lo nuevo. Jesús viene a decir que no debemos andar haciendo componendas entre la religión antigua del antiguo Israel y la religión nueva de Jesús. Hacer eso es lo peor que se puede hacer. Por desgracia, en el cristianismo actual y en las prácticas de la Iglesia abundan este tipo de componendas que nos impiden ver con claridad lo que quiso Jesús”.
(José María Castillo, teólogo. www.somosiglesiaandalucia.net)

«Alaben al Señor, porque es bueno, canten a su Nombre, porque es amable» (Sal). Que el saber que sólo quieres que disfrutemos la vida, nos haga transmitir tu alegría cada día, Señor. Así sea.

Buscando responder con Paz, Amor y Alegría al llamado permanente de Jesús,
Miguel.


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