viernes, 5 de julio de 2013

Para ti ha venido Jesús; para ti es su compasión y su misericordia

5 de julio de 2013
Viernes de la Décimo Tercera Semana Durante el Año

Lecturas:
Génesis 23, 1-4. 19; 24, 1-12. 15-16. 23-25. 32-34. 37-38. 57-59. 61-67 / Salmo 105, 1-5 ¡Den gracias al Señor, porque es bueno!

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo    9, 9-13

   Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme.» El se levantó y lo siguió.
    Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: «¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?»
    Jesús, que había oído, respondió: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
¡Cómo debía emocionarse Mateo al recordar estos acontecimientos! A su mesa de recaudador de impuestos habitualmente llegaban reclamos y desprecios, sin embargo «el Santo de Dios» (Jn 6,69), contra todo pronóstico, no sólo no le reprocha nada, sino que lo invita a formar parte de su comunidad de amigos.
Es que, como lo explica él, «no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores». En el
entendido que en el primer grupo hace referencia a los que se creen justos; y en el segundo, a los que tienen conciencia de su vida indigna.
¿Qué podía hacer por quienes ya se consideraban perfectos?. En cambio, cuánta alegría podía proporcionar a los otros al hacerles comprender que el amor de Dios era también o, mejor dicho, más aún para ellos.
Ahora, si te permites ser honesto/a contigo mismo/a y reconoces que eres pecador/a, para ti ha venido Jesús, que para ti es su compasión y su misericordia. Por eso «¡den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!» (Sal).

Que reconozcamos cada vez más que estamos enfermos de egoísmo y de todo lo que nos aleja de la vida plena que quieres para nosotros, Señor y que luego permitamos que tú sanes nuestro corazón para que pueda dar frutos abundantes. Así sea.

Buscando responder con Paz, Amor y Alegría al llamado permanente de Jesús,
Miguel.


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