14 de agosto de 2013
Miércoles de la Décimo Novena Semana Durante
el Año
Lecturas:
Deuteronomio 34,
1-12 / Salmo 65, 1-3. 5. 8. 16-17 ¡Bendito
sea Dios, que nos concedió la vida!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
18, 15-20
Jesús dijo a sus discípulos:
«Si
tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu
hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se
decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso,
dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo
como pagano o publicano.
Les
aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y
lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para
pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos
o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Jesús,
siempre desafiando nuestras capacidades, nos invita a “ganar un hermano”,
corrigiéndolo en
privado (tan distinto a lo que nos sale naturalmente); a ir
con otro más a tratar de convencerlo de su error; a que la comunidad completa,
por amor a ese hermano y a ser todos hermanos, intente rescatarlo de lo que lo
aleja de Dios (su pecado)…
Nos
señala, por último, que lo que el grupo de los amigos discípulos suyos decida
al respecto, en conjunto, en ambiente de oración, «porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente
en medio de ellos», será considerado válido por el Padre del cielo.
Que
sepamos vencer el individualismo salvaje en que hemos acostumbrado a movernos y
aprendamos a sumergirnos en lo comunitario, que es tan propio de tu Reino,
Señor. Así sea.
Esperando
activamente la herencia del Reino de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.
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