9 de agosto de 2013
Viernes de la Décimo Octava Semana Durante el
Año
Lecturas:
Deuteronomio 4,
32-40 / Salmo 76, 12-16. 21 ¡Recuerdo
las proezas del Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
16, 24-28
Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
El
que quiera seguirme que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a
causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero
si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque
el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y
entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. Les aseguro que algunos de
los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando
venga en su Reino.
Palabra del Señor.
MEDITACION
¿Cuántos quieren?
Así, con todas sus consecuencias, “cargando
la cruz”, “perdiendo” la vida… Pocos, muy pocos.
Él respeta nuestra libertad. Y, más aún, nos
ama sea cual sea nuestra respuesta muchas veces débil o hasta contraria a sus
planes.
«Pregúntale al tiempo
pasado, a los días que te han precedido desde que el Señor creó al hombre sobre
la tierra, si de un extremo al otro del cielo sucedió alguna vez algo tan admirable
o se oyó una cosa semejante» (1L)
«Tú eres el Dios que
hace maravillas»
(Sal) por y para nosotros, con una generosidad incomensurable,
Señor, porque no tiene en cuenta nuestra respuesta, sino sólo cuánto amas. Por
esa incondicionalidad con nosotros, gracias, Señor.
Buscando ser
ricos a los ojos del Dios de la Paz, el Amor y la Alegría, compartiendo
solidariamente con los demás,
Miguel.
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