domingo, 4 de agosto de 2013

ESE NIÑO ME ENSEÑÓ A AMAR

«Insensato, esta misma noche vas a morir.
¿Y para quién será lo que has amontonado» (Lc 12,20)

Cierta vez, en el hogar de Calcuta, no teníamos azúcar para los niños. Un vecinito, de cuatro años, escuchó
decir que la madre Teresa se había quedado sin azúcar. Fue a su casa y dijo a sus padres que no comería azúcar durante tres días para dársela a madre Teresa. Al cabo de los tres días, sus padres lo trajeron a nuestra casa: entre sus manos tenía una pequeña botella de azúcar; lo que no había comido. Aquel pequeño me enseñó a amar. Lo más importante no es lo que damos sino el amor que ponemos al dar.

Madre Teresa de Calcuta


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los “propietarios” del Reino

PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR Meditación sobre el Evangelio del próximo Domingo 6 de Octubre de 2024                              ...