lunes, 12 de agosto de 2013

Las peleas que hay que dar

12 de agosto de 2013
Lunes de la Décimo Novena Semana Durante el Año

Lecturas:
Deuteronomio 10, 12-22 / Salmo 147, 12-15. 19-20 ¡Glorifica al Señor, Jerusalén!

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   17, 22-27
    Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús les dijo: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres: lo matarán y al tercer día resucitará.» Y ellos quedaron muy apenados.
    Al llegar a Cafarnaúm, los cobradores del impuesto del Templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿El Maestro de ustedes no paga el impuesto?» «Sí, lo paga,» respondió.
    Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes perciben los impuestos y las tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?» Y como Pedro respondió: «De los extraños,» Jesús le dijo: «Eso quiere decir que los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti».
Palabra del Señor.

MEDITACION
Dice la sabiduría popular que “no se debe gastar pólvora en jotes”. Como es un ave tan insignificante no vale la pena gastar recursos en cazarlo. La idea que quiere representar es que los recursos deben utilizarse acorde al objetivo que se quiere alcanzar.
Jesús dio pruebas permanentemente de que no temía que sus actitudes y palabras alborotaran a los
conformistas, a los acomodaticios y a quienes abusaban de su poder. Pero nunca tuvo interés en escandalizar por escandalizar. Por eso, en el caso del impuesto, pese a dejar claro que, por ser hijo del Rey, no le corresponde, lo pagaría igual.
Tengo la impresión que hay grandes peleas necesarias de dar (todo lo referente a la defensa de la dignidad humana, por ejemplo) que pocos –muy pocos- asumen; sin embargo, en sentido contrario, dilapidamos bastante “pólvora” en disputas mucho menos importantes: pequeños privilegios, cargos y dignidades…

Que sepamos descubrir hacia dónde orientar nuestras capacidades y disponibilidad limitadas, para no perder tiempo precioso, sino, más bien, ganarlo en el sentido del Reino, Señor. Así sea.

Esperando activamente la herencia del Reino de la Paz, el Amor y la Alegría,

Miguel.

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