22 de abril de 2013
Lunes de la Cuarta Semana de Pascua
Lecturas:
Hechos 11,
1-18 / Salmo 41, 2-3; Sal 42, 3-4 Mi
alma tiene sed de ti, Dios viviente
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 10, 11-18
Jesús dijo:
Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su
vida por las ovejas.
El asalariado, en cambio, que no es el pastor
y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye,
y el lobo las arrebata y las dispersa.
Como es asalariado, no se preocupa por las
ovejas.
Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas,
y mis ovejas me conocen a mí -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al
Padre- y doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de
este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá
un solo Rebaño y un solo Pastor.
El Padre me ama porque yo doy mi vida para
recobrarla.
Nadie me la quita, sino que la doy por mí
mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el mandato que recibí
de mi Padre".
Palabra del Señor.
MEDITACION
Observador
como ha demostrado ser Jesús, desarrolla una imagen que es clásica en la
cultura y la historia de su Nación: la relación del pastor-Dios con las
ovejas-pueblo, agregándole las amenazas que sufrían sus compatriotas:
asalariado-autoridades y lobo-cultura de la muerte.
Además
de lo ya dicho en la meditación del Domingo reciente, observemos que dice a
quienes están insertos en su país nacionalista que, además, sentían a Dios como
propiedad exclusiva: «Tengo, además, otras
ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán
mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor».
Es
el llamado universal: Jesús es demasiado grande para quedar circunscrito a
cualquier nación, grupo o, incluso, religión. Lo constatarían después los
apóstoles cuando descubrieran que «también
los paganos habían recibido la Palabra de Dios» (1L).
Por
eso no tienen sentido los cristianos que viven de sí mismos y para sí mismos:
no son auténticos cristianos. Los que pueden llevar ese nombre son los que han
obedecido su mandato: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a
toda la creación» (Mc 16,15), por lo que mientras más grande tu mundo,
más campo tienes para anunciarlo, a su manera: del lado de las ovejas y en
contra de quienes las amenazan.
Porque
me regalas desafíos y capacidades para lograrlos, «llegaré al altar de Dios, el
Dios que es la alegría de mi vida; y te daré gracias». Gracias, Señor.
Alabando con la
vida al Buen Pastor que regala Paz, Amor y Alegría,
Miguel.
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