30 de abril de 2013
Martes de la Quinta Semana de Pascua
Lecturas:
Hechos 14,
19-28 / Salmo 144, 10-13. 21 Que
tus amigos, Señor, manifiesten la gloria de tu reino
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 14, 27-31
Jesús dijo a sus discípulos:
«Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no
como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman! Me han oído decir: "Me voy
y volveré a ustedes." Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al
Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Les he dicho esto antes que suceda, para que
cuando se cumpla, ustedes crean.
Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque
está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero
es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha
ordenado.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
La
paz de Jesús no es como la del mundo. Claro que no.
El
mundo entiende por paz armarse hasta tal punto que el temor a que no quede
nadie vivo, impide la guerra. Y en el plano más personal, se cree que es mejor
guardarse las opiniones y las críticas para crear la apariencia de armonía.
Contra este tipo falso hablaba cuando dijo: «No piensen que he venido a traer
la paz sobre la tierra» (Mt 10,34); no ese tipo de paz.
Su
paz, por el contrario, nace de la Justicia y la Verdad, y no de la comodidad,
porque «es necesario pasar por muchas
tribulaciones para entrar en el Reino de Dios» (1L).
Ya
el pobrecillo de Asís, asumía que la paz del Reino requería acciones concretas,
de los que aman a Jesús, cuando oraba: “Señor, hazme un instrumento de tu paz: allí
donde haya odio, que yo ponga el amor, allí donde haya ofensa, que yo ponga el
perdón; allí donde haya discordia, que yo ponga la unión…”
«Que tus amigos,
Señor, manifiesten la gloria de tu reino» (Sal). Que actuemos como
amigos tuyos, que trabajen para que tu reino de paz se haga realidad entre
nosotros, Señor. Así sea.
Con el mandato
de entregar Paz, Amor y Alegría a cada ser humano,
Miguel.
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