jueves, 25 de abril de 2013

Su presencia resucitada se demuestra en el amor que se tienen unos a otros en la comunidad


PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
28 de abril de 2013
QUINTO DOMINGO DE PASCUA

Lecturas:
Hechos 14, 21b-27 / Salmo 144, 8-13 Bendeciré tu Nombre eternamente, Dios mío, el único Rey / Apocalipsis 21, 1-5

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan    13, 31-35
Después que Judas salió, Jesús dijo:
«Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes.
Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
«El Señor es bondadoso y compasivo, […]; es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas» (Sal), por eso, siente la necesidad de que sepamos que nuestra felicidad está en el “nuevo” mandamiento: «Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros» (Ev). Esa es la forma plena de «perseverar en la fe» (1L), porque es la que transformará todo, de tal manera que habrá «un cielo nuevo y una tierra nueva» (2L).
Cuando aún ejercía como Papa, Benedicto XVI escribió: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna» (cf. 3, 16). […] Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4, 10), ahora el amor ya no es sólo un ‘mandamiento’, sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro.” (Inicio de la Encíclica Deus Caritas Est).
El proyecto de vida para la humanidad que fue revelando Dios a través de la historia y que llega a una cima con los Diez Mandamientos, es llevado a la perfección con el gran mandamiento que resume y le da sentido a los demás, y que es el que Jesús vino a revelar: «ámense los unos a los otros».
Porque Jesús confirmó el mandamiento del amor al prójimo, ya conocido en el Antiguo Testamento, pero lo amplió para que cupiera en él incluso el amor al enemigo y lo destacó entre todos los mandamientos. Así, se entiende el mandamiento del amor como un amor entre hermanos, hijos todos del mismo Padre.
De esta forma, con ese “nuevo horizonte” para la vida, que es relacionarse a través del amor al otro,
como respuesta al amor de Dios, se revelará que Jesús está vivo y presente en medio de sus discípulos. En su forma de amar, cada uno le hará presente Jesús a su hermano. Porque si la característica más importante de Jesús es el amor, su presencia resucitada en la comunidad se demuestra en el amor que se tienen unos a otros.
De esa manera significativa aun para los que no creen, «el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él», glorificados en el amor intenso e inmenso, que por ellos se derrama en la Tierra y hace de ésta un mejor lugar para vivir.

Dios Padre nuestro que, por medio de Jesús, has dado por ley a tu pueblo el nuevo mandato de amar como Cristo nos amó a nosotros; haznos testimonios vivos de ese mismo amor, para que lo difundamos a todo el universo. Así sea.

Con el mandato de entregar Paz, Amor y Alegría a cada ser humano,
Miguel.

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