13 de mayo de 2013
Lunes de la Séptima Semana de Pascua
Lecturas:
Hechos 19, 1-8
/ Salmo 67, 2-7 ¡Cantad al Señor, reinos de la tierra!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 16, 29-33
Los discípulos le dijeron a Jesús: «Por fin
hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace
falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios.»
Jesús les respondió: «¿Ahora creen? Se acerca
la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y
me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Les digo esto para que encuentren la paz en
mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Si
alguien nos hiciera la pregunta, como en el relato de los Hechos: «Cuando ustedes abrazaron la fe, ¿recibieron
el Espíritu Santo?» (1L), ¿cuál sería nuestra respuesta?.
Contestando
desde el dogma, los bautizados debemos confirmarlo, pero mirado desde la
experiencia ¿creemos realmente que lo hemos recibido? ¿en qué se nota?
Decíamos
sobre el evangelio de ayer que la Ascensión significa que el Señor, el mismo
que «es padre de los huérfanos y defensor
de las viudas [y que] instala en un hogar a los solitarios y hace salir con
felicidad a los cautivos» (Sal), su partida, decíamos, es una
invitación a continuar su misión, de la manera más semejante posible al
espíritu misericordioso y servicial con el que él vivió y actuó entre nosotros.
Así
se nota la acción de su Espíritu en nosotros. Cuando no permitimos que nos
inspire, en cambio, se repite que la triste historia de que «se dispersarán cada uno por su lado, y me
dejarán solo».
Ven
Espíritu de Santidad y aumenta nuestra fidelidad al mensaje que hemos recibido.
Así sea.
Revestidos con
la fuerza que viene de lo alto para convertirnos al Reino de la Paz, el Amor y la
Alegría,
Miguel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario